viernes, 20 de mayo de 2016

Tortitas de pan crujientes

Parece que ya ha entrado la primavera (incluso por estos lares suizos) y si altera la sangre o no, no lo sé, pero lo que sí entran es ganas de salir al campo y hacer excursiones, y nada mejor que estas tortitas para llevar en la mochila, aunque son muy versátiles y se prestan también muy bien para pic-nics o simplemente para picar, solas o acompañadas de queso vegano untable, patés o veganutella (prometo publicar próximamente la receta perfecta de veganutella).

No os aconsejo que os las comáis a deshoras en el trabajo ni os las llevéis al cine o un concierto de música clásica (aunque en los conciertos de música clásica no se come, se va a escuchar música), porque son sumamente crujientes y hacen crack, crack.


Y así se hacen:

100 gr granos de avena
50 gr soja entera
200 gr harina integral de espelta (se puede sustituir por arroz u otro cereal sin gluten)
100 gr trigo sarraceno
2 cucharaditas de sal
30 gr pipas de girasol
2 cucharadas de aceite de girasol
375 ml agua

Con el molinillo de café molemos por separado la avena y la soja gruesos. Luego las tostamos juntas en una sartén antiadherente sin parar de remover para que no se quemen.

Molemos también una parte del trigo sarraceno y lo mezclamos con la avena, la soja, la espelta, las pipas de girasol, la sal y el trigo sarraceno que no hemos molido. Añadimos el aceite y el agua y removemos bien hasta obtener una masa blanda y untable.

Encendemos el horno a 200°.

Cubrimos una bandeja de horno con papel de hornear y repartimos la mitad de la masa en montoncitos, los aplastamos con una cuchara mojada previamente en agua y lo metemos en el horno precalentado unos 30 minutos hasta que las tortitas estén doradas y crujientes. Hacemos lo mismo con el resto de la masa (si queréis menos cantidad, podéis hacer la mitad).

Estas tortitas salen muy crujientes y hay que tener buenos dientes para comerlas, pero también podéis hacerlas menos crujientes extendiendo toda la masa sobre una bandeja de horno y partiéndola luego. Así no nos quedan bordes y al ser más gruesas quedan menos crujientes. En este caso debemos dejarlas 50 minutos en el horno.


Y ahora a salir al campo y disfrutarlas, pero atención: ¡¡Mucho cuidado, que crean adicción!! ;-)

2 comentarios :

  1. Este finde pruebo la versión no tan crujiente de estas galletitas (no sea que me rompa la quijada :D). Y con quesito feta vegano. ¡Ñam, ñam! Gracias por la receta.

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    1. Hola Cris, no te preocupes, que seguro que tienes buenos dientes ;-)
      Espero que te gusten, yo he estado hoy de excursión y lástima de no tener unas cuantas a mano...
      Que pases un buen finde :-)

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