sábado, 30 de mayo de 2015

De tartas y pájaros virtuosos


¿Conocéis esta situación? Acabamos de ver una receta maravillosa en internet o se nos ha ocurrido una receta estrella que no nos deja en paz. Por fin encontramos un día en el que decimos: "de hoy no pasa", y nos ponemos manos a la obra con cierta cosquilla en el estómago, una mezcla de emoción y cierto miedecillo, a ver si nos sale... Yo en estas ocasiones me siento un poco como una alquimista.

Medimos todo bien, lo apuntamos, ponemos los cinco sentidos, y de pronto:

el rollo de biscuit relleno de crema de fresas se desparrama abierto transversalmente por toda la bandeja.... shit!
Al cabo de cierto tiempo de reponernos de la experiencia fallida y durante el cual hemos hecho los bizcochos infalibles que conocemos con los ojos cerrados, nos atrevemos con la siguiente idea (al fin y al cabo somos amantes de la aventura). Un Strudel relleno de crema y frutas (¿por qué limitarnos a hacer el Apfelstrudel de siempre si podemos complicarnos un poco la vida ?) ;-)

La preparación no puede tener mejor pinta y le hacemos foto porque será una receta estrella
Pero en el horno actúan a veces fuerzas maléficas que abren grietas por las que se sale el contenido maravilloso en el que hemos puesto toda nuestra ilusión:


El caso es que de sabor está todo muy bueno, pero lo disfrutamos con cierta frustración.

Vale, pues llega de nuevo un día en el que otra vez nos sentimos valientes. Esta vez decidimos hacer una tarta cruda, y así le damos sopa con honda al horno dichoso que nos destrozó el Strudel (porque por supuesto la culpa fue del horno, que el contenido tuviera demasiado líquido y las paredes del Strudel fueran muy finas es otra cuestión, pero el horno ya lo sabía de entrada. Al fin y al cabo el Apfelstrudel sale siempre. La próxima vez haré de nuevo el clásico Apfelstrudel de toda la vida). Pues a lo que iba, que me atrevo con una tarta cruda de fresa con base de almendras y aguacate (para no usar dátiles, que se pegan a los dientes). Iba con mucha ilusión porque era para mi santo.

El caso es que a primera vista la tarta tiene hasta buena pinta (milagros de la fotografía) :-)
Pero me he vuelto algo crítica y la tarta me mostró su punto flaco:


Encima cometí el fallo de hacer la tarta en un molde, con lo que al pasarla al plato se mezcló la base (que salió blandengue) con la crema (también demasiado blanda). Al rato de estar en el plato empezó a soltar líquido:

La tarta está como para llevarla a una fiesta, ja, ja
Y con la decoración aún tengo que ensayar más (me dejé engañar por un video en el que unas niñas pequeñas y habilidosas, las muy puñeteras, decoraban una tarta con toda facilidad con nata veteada con colorante azul, por supuesto con ayuda de su madre, experta confitera, pero parecía tan fácil...). Encima la nata de mi invención se endureció en la nevera y al cortarla ya os podéis imaginar:

En la boca era una sensación algo extraña con la crema blanda y la nata dura

Chasco, frustración, m...  uahh!! Que sí, que de sabor no puede estar más rico, pero...nhhh... :-((

Y de nuevo os pregunto, ¿conocéis esta sensación? Quien diga que no o está mintiendo o es una repelente miss perfect (o se toma las cosas como mi abuela, que si se le olvidaba la levadura decía que había hecho una torta, y una vez que le echó doble cantidad de leche, va y me dice: "toma, prueba este puding tan rico que he hecho", ja, ja). Yo soy del tipo perfeccionista, hasta que leí esta frase (incluso la he impreso en mis tarjetas de visita):

"Los bosques estarían en silencio
si sólo cantaran los pájaros más virtuosos"

¡¡ Feliz fin de semana !!

3 comentarios :

  1. Y tanto que me pasan estas cosas!! Para ser sincera, la mayoría de las veces. Y siempre que hacía bizcochos o tartas con espelta me quedaban babosos medio crudos por dentro. Hasta que un día decidí no sólo poner menos agua, sino además dejarlo en el horno hasta que el pincho saliera limpio de verdad. Yo creo que estuvo 2 horas!!
    En cualquier caso yo me habría comido tus tartas, sabiendo que lo que llevan (sea lo que sea) seguro que es de confianza.

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    1. Arándana, te invito a uno de mis cursos de tartas. Espero que mientras tanto te salgan mejor (al menos las recetas de tu blog tienen muy buena pinta), pero un día de estos me paso por Arandanolandia y nos ponemos, vale? Mientras tanto (y no es por ponerte los dientes largos, eh?) date una vueltecita por aquí: http://lascosasderocioblog.blogspot.ch/2014/04/taller-de-tartas-en-einsiedeln.html

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  2. Jajaja, como me he reído... me he sentido identificada...
    Incluso alguna vez me ha pasado de alguna receta que siempre me sale genial y al dar algún taller me sale un churro,... jejeje...así los alumnos ven que no hace falta ser una superchef para comer sano, jeje ^_^

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