viernes, 18 de mayo de 2018

Tortilla vegana de ortigas

Después de tanto bizcocho, vamos a aprovechar que estamos en la mejor época para comer lo más sano que nos da la naturaleza: las hierbas silvestres, que además de no tener pesticidas, ni haber sido criadas, cruzadas, ni nada de nada, ni siquiera saben a cobre (aunque una vez vi en el mercado de Munich un puesto en el que vendían hierbas silvestres, y el kilo de ortigas creo que costaba la friolera de 20 euros!!, así que aprovechad cuando las veáis).
 
Cuidaito, que pincha!!

Para cogerlas debemos tener cuidado de que no estén junto a un camino donde pasen muchos perros, porque dejan sus necesidades donde menos nos lo esperamos, o al lado de un prado donde hayan echado estiércol recientemente (como pasa en Suiza sobre todo en primavera, que todo el país está invadido de pestilencia, y por mucho que la naturaleza invite a disfrutar, el mero hecho de abrir la puerta de la casa y recibir en toda la cara la bofetada fétida de la mierda que los granjeros no saben dónde meter después del invierno, me echa para atrás, y me quedo en mi casa practicando el "sano" deporte de escribir recetas en el blog, con lo bien que estaría danzando por el campo, cogiendo hierbecillas y respirando aire puro..., pero no, los suizos quieren comer mucha carne y mucho queso, y esto es lo que hay, mierda por un tubo, o mejor dicho, por muchos tubos, porque la esparcen con una máquina que tiene muchos tubos y está acoplada a un tanque llenito de mierda líquida hasta el borde).

Bueno, pues si no os he quitado las ganas de comer, vamos a la receta (sorry, pero es que aparte del pestazo, es que me pone de muy mala leche, por la ordinariez de llenarlo todo de mierda y por el origen de esa mierda: las ansias de carne y queso, la inconsciencia respecto al daño mediambiental y al sufrimiento animal).

La ensalada de atrás es de patatas con dientes de león, rica, rica y muy sana
Y vamos a la tortilla:
 
400 gr ortigas frescas (aprox.)
Aceite de girasol
2 dientes de ajo
½ taza de harina de garbanzos
½ taza de agua
Sal
Vinagre

Cocemos las ortigas en una cacerola tapada con un poco de agua y sal. Cuando estén tiernas (reducirán mucho el volumen, es como con las espinacas) las escurrimos.

Rehogamos los ajos picaditos en una sartén, añadimos las ortigas y seguimos rehogando removiendo de vez en cuando.

En un cuenco mezclamos la harina de garbanzos con el agua, un poco de sal y un chorrito de vinagre (sin pasarse, es sólo para amortiguar el sabor a garbanzo). Incorporamos las ortigas y mezclamos.

En una sartén antiadherente echamos un poquito de aceite, cuando esté caliente repartimos la mezcla de ortigas y dejamos cocer a fuego medio durante un ratito, de vez en cuando movemos la sartén horizontalmente para que se despegue la tortilla. Luego colocamos un plato llano encima (o un vuelve tortillas) y le damos la vuelta. Con cuidado volvemos a poner la tortilla en la sartén para que se haga por el otro lado.

Una vez lista se come calentita acompañada de tomate a rodajas o una buena salsa de tomate.


Rezept auf Deutsch:

ca. 400 g Brennnessel
Sonnenblumenöl
2 Knoblauchzehen
½ Tasse Kichererbsenmehl
½ Tasse Wasser
Salz
Essig

Brennnessel gar kochen und abtropfen. Knoblauch fein hacken und in etwas Öl dünsten. Brennnessel dazugeben und mitdünsten. Mit Salz abschmecken.

Kichererbsenmehl mit Wasser, ein Schuss Essig und etwas Salz gut rühren. Brennnessel unterheben und alles gut mischen.

In einer antihaftbeschichteten Pfanne etwas Öl (wenig) geben. Wenn das Öl heiß ist, die Mischung darauf verteilen und bei mittlerer Hitze kochen (ab und zu die Pfanne hin und her bewegen). Mit einem Teller (am besten mit einem speziellen Holzteller für Omeletts) das Omelett vorsichtig umdrehen und wieder auf der anderen Seite in die Pfanne geben und kochen lassen.

Dazu passt sehr gut eine Tomatensoße oder rohe Tomaten in Scheiben.



viernes, 4 de mayo de 2018

Torta de aceite de la abuela vegana

Seguimos con las recetas tradicionales, sí, me ha dado por los bizcochos, aunque sería mucho más sano compaginarlos con verduras crudas, o aún mejor, con hierbas silvestres, como una ensalada de patatas con diente de león, una sopita de hierbas silvestres, o una tortilla de ortigas, o no, mejor aún un buen smoothie de ortigas, en plan hardcore 💪

Bueno, pues a lo que ibamos, el bizcocho de la abuela, con sus almendritas clavadas (que si preferís podéis cubrirlo de almendras laminadas, pero en erizo queda más propio) y su "azuquita" por encima (que no es azuquita, pero como si lo fuera y además sin las desventajas 😊 ). A mí siempre me recuerda a mi abuelilla, a ella le gustaban los bizcochos rápidos y se metía en berenjenales de ponernos a todos los niños a hacer bizcochos. Un día tenía una herida con una tirita, y de pronto uno de nosotros va y se da cuenta de que la tirita había desaparecido, todos miramos horrorizados el bizcocho que se estaba cociendo en el horno 😱. Menos mal que la tirita apareció luego en el cajón de la mesa de la cocina 😌


 Y ahora al lío!

300 gr harina integral de espelta
80 gr xilitol
1 sobrecito de levadura en polvo
50 ml anís
200 ml leche vegetal (soja o avena)
130 ml aceite de oliva
2 cucharaditas de matalahúva (anís en grano)
1 pizca de sal
1 puñado de almendras crudas
Xilitol (molido con el molinillo de café)

Calentamos el aceite en una sartén y echamos la matalahúva. Cuidamos de que no se queme. Lo apartamos del fuego y dejamos enfriar.

Hervimos un poco de agua y echamos las almendras unos minutos. Tiramos el agua y les quitamos la piel, pero sin quemarnos.

Encendemos el horno a 180°.

Mezclamos la harina con la levadura, la estevia, el xilitol y la sal. Agregamos poco a poco  el anís, el aceite con matalahúva y la leche vegetal sin dejar de remover.

Echamos la masa en un molde redondo o cuadrado previamente engrasado. Pinchamos las almendras en la superficie y lo metemos en el horno a 180° durante 30 minutos.

Cuando el bizcocho esté listo lo espolvoreamos con el xilitol molido ayudándonos de un colador, así se distribuye por igual por toda la superficie, y lo metemos unos 5 minutos más en el horno ya apagado, de esta manera el xilitol se caramelizará y dejará una costrita muy rica (en la foto está la versión sin caramelizar, que tampoco está mal 😊).

 


Rezept auf Deutsch:

300 g Dinkelvollkornmehl
3 x Tsp Stevia
80 g Xylit
1 Pk. Backpulver
50 ml Anislikör oder Ouzo oder Malaga-Wein
200 ml Pflanzenmilch (Soja, Hafer, Reis, Mandeln...)
130 ml Olivenöl
2 TL Anis
1 Prise Salz
1 Handvoll Mandeln
Xylit zum Bestreuen (mit der Kaffeemühle mahlen)

In einer Pfanne Öl erhitzen und Anis hineingeben (Vorsicht: der Anis darf nicht verbrennen!). Auskühlen lassen.

Wasser aufkochen und danach die Mandeln ein paar Minuten eintauchen. Wasser wegschütten und Mandelhaut entfernen.

Backofen bei 180° vorheizen.

Mehl mit Backpulver, Stevia, Xylit und Salz mischen. Nach und nach Anislikör, Öl mit Anis, und Pflanzenmilch unterrühren.

Teig in eine eingefettete runde oder quadratische Form füllen. Mandeln auf dem Teig einstechen. Kuchen im vorgeheizten Backofen ca. 30 Min. backen. Stäbchenprobe machen.

Xylit mit Hilfe eines Siebes auf den Kuchen bestreuen und für 5 Minuten in den ausgeschalteten Backofen schieben, damit der Xylit karamellisiert.