sábado, 11 de agosto de 2018

Strudel vegano de arándanos y manzana

Os acordáis de mi último post? Os prometía una receta dulce con esos tesoros que nos trae la naturaleza, y como lo prometido es deuda, aquí estoy con un delicioso strudel (que no significa otra cosa que rollo) de arándanos y manzana.


Hagamos un poco de historia, resulta que este año toda la lluvia casi del mundo se ha ido a una región de Austria llamada Steiermark, y mira por donde que es ahí donde está mi casita de las mariposas (ya la conocéis, no?). La verdad es que el calor que azota a Europa este verano es mucho más llevadero cuando cada tarde viene una tormenta y refresca el ambiente, aunque por otro lado también es un engorro porque se pone todo chorreando, pero el que se queja es porque quiere, otros tienen una sequía terrible, y la verdad, el agua es vida. Total, que con tanta agua y calor, este año ha crecido todo de una forma exuberante, la hierba de mi prado era más alta que yo (lo cual no es mucho, pero tratándose de hierba...!!), los arbustos silvestres de frutitas están a tope y toda la naturaleza está desbordante (para bien o para mal, según se mire).

Bueno, pues el otro día nos fuimos a coger arándanos y volvimos con dos bolsas hasta el filo, y es que cuando empiezas a coger es como un vicio y no puedes parar. Siempre me acuerdo de que cuando era chica soñaba de vez en cuando que iba por el campo y en lo alto de una colina movía la tierra con las manos (como la arena de la playa cuando se buscan coquinas en la orilla, aunque sea un ejemplo muy poco vegano, pero así era) y salían monedas de oro. Ahora sé que esas monedas de oro son los tesoros que encuentro en el bosque: fresitas, frambuesas, arándanos, moras, setas, y estoy enormemente agradecida.

A ver quién se resiste a estas maravillas...

El arándano posee gran cantidad de antioxidantes y flavonoides beneficiosos para la vista, son especialmente recomendables para las enfermedades de las vías urinarias (también como preventivo) y los trastornos intestinales y su contenido en azúcar es muy bajo. 


 Y sin más preámbulo (que ya va bien... 😉) vamos a por la receta:

125 gr harina integral de espelta
1 cucharada de aceite de girasol
¼ cucharadita de sal
60 ml agua tibia
150 gr arándanos
1 manzana
30 gr almendras molidas
50 gr azúcar de abedul
1 pizca de vainilla
1 cucharadita de canela

En un bol mezclamos la harina con el aceite, la sal y el agua y acabamos amasando con las manos hasta obtener una masa suave. Podemos dejar reposar media hora tapada en un lugar cálido, aunque no es absolutamente necesario.

Pelamos la manzana, la partimos en cuartos y la cortamos en láminas muy finas (lo mejor es hacerlo con la mandolina), luego la mezclamos con los arándanos, las almendras molidas, el azúcar de abedul, la vainilla y la canela.

A continuación extendemos la masa anterior sobre un paño de cocina limpio previamente espolvoreado con harina. Con la ayuda de un rodillo de madera hacemos un rectángulo grande, la masa debe quedar lo más fina posible, pero sin romperse.

Encendemos el horno a 180°C.

Extendemos la mezcla de frutas sobre la masa, y ahora viene la parte más delicada. Con la ayuda del paño vamos haciendo un rollo desde la parte más alargada hacia alante. En cada vuelta que le demos al rollo vamos cerrando los extremos. Por último pintamos el borde de la masa con un poco de agua y cerramos el rollo. Con cuidado pasamos el rollo a una bandeja de horno cubierta con papel de hornear o a un molde para gratinados y lo metemos en el horno durante 40 minutos aproximadamente.

Una vez listo podemos espolvorear azúcar de abedul molida con el molinillo de café o acompañar el strudel con una salsa de vainilla (que no tiene más misterio, simplemente mezclar un poco de maizena con leche vegetal, algo de azúcar de abedul, una pizca de vainilla al gusto, se calienta removiendo y voilà!).

Truco: Para que sea más fácil pasar el strudel a la bandeja de horno podemos estirar la masa directamente sobre el papel de hornear, el resto es igual.

En algún momento empezará a salir un líquido rojizo tirando a negro, que se convertirá en rico caramelo líquido de arándanos

Rezept auf Deutsch

125 g Dinkelvollkornmehl
1 EL Sonnenblumenöl
¼ TL Salz
60 ml lauwarmes Wasser
150 g Heidelbeere
1 Apfel (Jonagold oder ähnlich) ca. 150 g
30 g gehackte Mandeln
50 g Xylit
1 Msp. Vanille
1 TL Zimt

Mehl mit Öl, Salz und Wasser zu einem sehr weichen, geschmeidigen Teig verarbeiten. Teig in eine Schüssel geben und zugedeckt an einer warmen Stelle ½ Stunde ruhen lassen.

Inzwischen den Apfel schälen, vierteln und in dünne Scheiben schneiden. Apfel und Heidelbeere mit gehackten Mandeln, Xylit, Vanille und Zimt vermischen.

Anschließend ein sauberes Küchentuch auf der Arbeitsfläche ausbreiten und mit Mehl bestreuen. Den Teig auf dem Küchentuch mit einem Nudelholz zu einem großen Rechteck ausrollen. Der Teig sollte nun eine dünne Schicht darstellen.

Den Backofen bei 180° C Ober/Unterhitze vorheizen.

Die Apfel-Heidelbeermischung auf das Teig-Rechteck geben. Das Tuch vorsichtig an einer Längsseite anheben und den Teig einrollen. Bei jeder Drehung die Ecken einziehen. Den Rand der Strudel mit etwas Wasser schließen. Die Rolle vorsichtig in eine Auflaufform oder in ein mit Backpapier ausgelegtes Blech legen.

Den Strudel ca. 40 Minuten bei 180° auf der mittleren Schiene backen.

Nach Wunsch kann man den Strudel mit gemahlenem Xylit bestreuen oder sogar mit einer Vanillesoße essen.

Tipp: Man kann den Teig direkt auf dem Backpapier ausbreiten, so wird es einfacher, den Strudel auf dem Backblech zu legen.