domingo, 22 de julio de 2018

Ensalada con quinoa y garbanzos

Este verano me tiene loca. En primavera me fui al invierno (ya os contaré más despacio mis aventuras veganas por Perú) mientras aquí parecía verano y ahora que es verano unos días parece otoño, otros primavera y el resto un verano loco con tormentas a porrillo (eso me pasa por irme a mi casita de las mariposas).

No paro de encontrarme miles de tesoros que la naturaleza me regala a espuestar: setas, grosellas, frambuesas, arándanos, fresitas, y luego los calabacines que me regalan los vecinos, ah! y por supuesto las ortigas y demás hierbas silvestres. Y claro, con tantas cosas ricas estoy muy tentada de escribir recetas dulces: pastelitos de fresitas, Strudel de arándanos, zumo de grosellas, bizcocho de calabacín, pero no, no, hoy vamos por lo sano, una ensalada fresquita, nutritiva y muy equilibrada (la próxima receta va de dulces, seguro, que también son sanos 😉).


Es muy fácil y está muy rica, las cantidades son para 4 personas como acompañamiento, si queréis hartaros de ensalada sólo tenéis que poner el doble.

200 gr garbanzos cocidos
50 gr quinoa
1 tomate
1 zanahoria
1 pepino mediano
½ cebolla
Aceite de oliva
Albahaca fresca
Vinagre de manzana
Sal

Lavamos la quinoa en agua fría y ponemos a cocer con doble cantidad de agua y un poco de sal hasta que este tierna (agregamos más agua si es necesario).

Cortamos la cebolla muy menuda y el tomate y el pepino en daditos pequeños, rallamos la zanahoria y picamos la albahaca (sin lavarla!).

En una ensaladera mezclamos la verdura con los garbanzos escurridos y la quinoa. Aliñamos con aceite, vinagre y sal, y ¡lista para comer!


Rezept auf Deutsch

200 g gekochte Kichererbsen
50 g Quinoa
1 Tomate
1 Karotte
½ Gurke
½ Zwiebel
Olivenöl
Frisches Basilikum
Apfelessig
Salz

Quinoa mit kalten Wasser waschen und in 100 ml Wasser und etwas Salz weich kochen (evtl. etwas mehr Wasser hinzufügen).

Zwiebel sehr klein hacken. Tomate und Gurke klein würfeln und Karotte reiben. Basilikum klein schneiden.

Abgetropfte Kichererbsen, Quinoa und Gemüse in eine Salatschüssel geben. Mit Olivenöl, Apfelessig und Salz anmachen und gut mischen. Fertig!

miércoles, 4 de julio de 2018

Mascarilla anti-aging de albaricoques

Ya llegó el verano, sí, ya sé que hace ya casi dos semanitas, pero es que entre una cosa y otra ni me había enterado, y no será porque no hace calor, que el cambio climático se está notando este año de una forma especial en el centro de Europa, pero no me extraña con tanta crianza de vacas y demás (luego quieren prohibir los coches diesel, pero se van por la ramas, lo que pasa es que eliminar la ganadería intensiva no trae dinero a muchos bolsillos y hay que renunciar al chuletón y la tabla de queso, así que prefieren mirar para otro lado), pero hoy no quiero polemizar (es que últimamente estoy muy crítica, quizás sea el mono de haberme quitado del facebook).

Hoy ¡¡vamos a ponernos guapas!!

Para empezar os diré un truco para lavaros la cara sin jabón. La verdad es que yo simplemente me la lavo con agua, pero de vez en cuando conviene lavarnos un poco más a fondo para eliminar el polvo, la polución, el sudor, los restos de cremas y todo eso que se va pegando a la piel, y lo mejor es hacerlo de una forma suave y la vez profunda. El método idóneo es usar harina de garbanzos o de avena. Simplemente masajeamos la cara mojada con un poco de una de estas harinas (también se puede hacer con harina de espelta o de centeno) y luego nos enjuagamos con agua (preferentemente fría, ya que el agua fría ayuda a mantener la piel firme). La piel se quedará suave y protegida de la sequedad. Y el no va más es acabar con un enjuague con el agua aromática de hierbas que nos propone mi amiga Celia, que siempre nos da unos consejos súper interesantes.

Bueno, pues aprovechando que en verano tenemos frutas maravillosas, y que los días son más largos y parece que tienen más horas, vamos a dedicarnos un ratito para cuidarnos y disfrutar de esa fruta, pero no sólo por dentro, sino también por fuera. Hoy vamos a hacer una mascarilla con tan sólo dos ingredientes que seguro que tenéis en casa, así que ya estáis tardando...


Sólo tenemos que machacar un trocito de melocotón o de albaricoque maduro y mezclarlo con aceite de girasol y voilá!, ya tenemos nuestra mascarilla. Nos tumbamos tranquilitas, la extendemos por la cara (y si queréis también por las manos) y dejamos que actue durante 20 minutillos, 20 minutos sólo para ti. Apaga el smartphone, echa la persiana y pon un cartel en la puerta "dejadme en paz, son sólo 20 minutos" o "como entres te la cargas" o "peligro, explosivos", o lo que más coraje te dé. Disfruta de ese momento único y si quieres puedes aprovechar para meditar o simplemente dormir una siestecilla. Luego te quitas el potingue con un kleenex o una toallita y te lavas con agua tibia, tibia, no caliente).


Y no os pongáis a haceros selfies, que da la risa..., ni saquéis la lengüecilla para chupar...
Un método más fácil y que puedes hacer con más frecuencia aprovechando la época de los melocotones y albaricoques es hacer lo mismo pero sin aceite y dejarlo actuar 10 minutos. Esto lo tienes que hacer sí o sí, no hay escusas... Vamos, que yo ya estoy saliendo por la puerta a comprarme un kilo o dos de albaricoques (que en mi tierra, la que me ha visto nacer y crecer, se llaman amasquillos, aunque acabo de ver que la versión correcta es damasquillo, pero nosotros siempre hemos dicho amasquillo, y en Austria le dicen Marillen).

Esta mascarilla y este masaje fácial sencillo y rápido están sacados del libro del libro de belleza de Lumira una chamana y maestra espiritual rusa. La próxima mascarilla será de tomate, ¡qué ganas tengo de que maduren para hacer un buen gazpachito!

¡Feliz verano y a disfrutar mucho!