lunes, 27 de abril de 2015

Restaurante vegano Mariposa en Nürnberg (Alemania)


No hace mucho estuvimos en Nürnberg, una ciudad preciosa en Baviera. Es una de esas ciudades que quedó totalmente destruida en la guerra, pero que los alemanes, con mucho tesón y buena voluntad, volvieron a levantar manteniendo el encanto de los viejos tiempos, con su muralla y torres, su enorme zona peatonal, sus puentes y casas de paredes entramadas. 

Foto: de.academic.ru
Es la ciudad también de Alberto Durero (el artista más famoso del Renacimiento alemán). A mi me apasionan sus dibujos de manos y de animales, porque ambos son muy difíciles de pintar.


Fotos: norogaca.blogspot.com
Pero a lo que iba (que se me va el santo al cielo, je, je). Resultó que el restaurante al que queríamos ir estaba cerrado, así que por casualidad y gracias a eso descubrimos el restaurante vegano Mariposa (sí, en español, aunque el nombre viene de un juego de palabras con el nombre de la dueña, que se llama Mari no se qué y es rumana).


Se trata de un restaurante muy pequeñito, pero muy acogedor con mucho cuidado por los detalles. Se encuentra en la Mostgasse 6 en Nürnberg, Tel.  0910 - 27 43 97 10. Está abierto de lunes a jueves de 11 a 14 y de 18 a 22. Los viernes sólo hasta las 2 pm.


Una anécdota simpática fue que el camarero resultó ser español, se llama Javier y aunque está aprendiendo alemán día a día, se alegra de cada palabra que oye en su idioma materno (por qué se dirá "idioma materno"?). La dueña es muy simpática y también habla un poco de español.

La carta cambia cada semana y la comida está muy rica, es sabrosa y a su vez ligera, y la relación calidad/precio es razonable.

Esto no me acuerdo de cómo se llamaba, era como un filete con nueces muy bueno
Debajo de la rúcola con salsa hay una hamburguesa de quinoa
Y esto era un guiso con verdura al dente
De postre unos tomaron tarta casera con salsa de frutos del bosque y otros trufas de chocolate y bayas de goji
No dejéis de pasar por Mariposa cuando vayáis por Nürnberg (y no dejéis de ir por Nürnberg si tenéis ocasión, porque es una ciudad preciosa).


lunes, 20 de abril de 2015

Leche de soja casera

El otro día me quedé sin ningún tipo de leche vegetal y decidí hacer leche de soja como en los viejos tiempos, cuando ser vegano era casi sinónimo de marciano. Claro que hubiera sido más fácil ir a la tienda y comprarla lista, pero el olor de la leche mientras hervía me trajo buenos recuerdo de aquellos tiempos y esa satisfacción de lo hecho en casa.
 
Después de probar varios métodos para hacer leche de soja, vuelvo a los orígenes, o sea, al primer método que aprendí, ya que es como mejor sale, aunque sea engorrosillo de hacer, más que nada por el cacharrerío que luego hay que lavar.



Lo primero que tenemos que hacer es adoptar una actitud de artesano, con paciencia y buen hacer. Luego ponemos en remojo durante al menos 8 horas una taza de granos de soja en agua caliente (caliente, no hirviendo). Lo mejor es dejar remojar durante toda la noche.

Pasado este tiempo la soja habrá aumentado de tamaño (como suelen hacer todas las legumbres). La ponemos en una batidora con dos tazas de agua y batimos hasta obtener un puré.







Se puede usar una batidora tipo Vitamix o del tipo como la de la foto. En ese caso tendremos que batir en varias tandas, pero usaremos en total sólo dos tazas de agua.






















Echamos el puré de soja en una cacerola bien grande. Esto es importante, porque sube mucho. Añadimos dos tazas más de agua y lo ponemos a cocer.


Y ahora hay que estar atentos porque tendrá que cocer durante 20 minutos, pero no debemos descuidarnos, ya que subirá mucho y si no queremos que rebose y se ponga todo perdido, tendremos que tener preparada una taza de agua y echar un chorrito cada vez que suba.

Atención....
sólo un chorrito, no toda la taza
de esta manera lo mantenemos en raya
Y después de 20 minutos de paciencia y meditación podemos apartar del fuego.

Ya sólo nos queda colarla, podemos usar un colador grande o una gasa (en este caso tendremos que esperar a que se enfríe para no quemarnos).

Y ya tenemos la leche de soja :-)). Nos saldrá un litro de leche y 500 gr de okara (la pulpa que queda al colar la leche). Con la okara se puede hacer un pan riquísimo que os prometo colgar pronto aquí, o si lo preferís dulce haremos galletas.


Pues esto es todo, no ha sido tan difícil verdad?, y encima hemos hecho un rato de meditación ;-)


Como se puede usar tanto para recetas dulces como saladas, la podéis encontrar en el índice en los dos apartados.

¡¡Que tengáis un buen día!!

martes, 14 de abril de 2015

Bienenstich (Tarta alemana de crema y almendras caramelizadas)

Como os prometí en mi último post, aquí os traigo la receta de una tarta con un nombre muy especial, porque "Bienenstich" traducido se llama "picadura de abeja". No se sabe muy bien el origen de este nombre, pero en Alemania es una tarta muy tradicional consistente en un bizcocho de masa de levadura relleno de crema de vainilla y cubierto de almendras caramelizadas.


Siento deciros que no es nada apta para la operación bikini, pero esta Semana Santa nos hemos dado el gusto de probarla ;-)

Como no me gustan las cosas demasiado grasientas he reducido la cantidad de margarina (aunque sigue pareciendo mucha). En realidad no soy muy amiga del uso de margarina y suelo sustituirla por aceite en las recetas que lo permiten, pero en esta no se puede sustituir. De todas formas como la hago sin azúcar, la cantidad de calorías es muchísimo menor. Y como encima es con harina integral, pues sólo se puede comer un trozo pequeño (no, si al final hasta va a servir para la operación bikini, ja, ja).

Bueno, pues no me enrolló más, y aquí va la receta:

Masa:     500 gr harina integral de espelta
               20 gr levadura fresca
               2 cucharaditas de levadura en polvo
               4 puntitas de cuchillo de estevia
               ½ cucharadita de sal
               250 ml leche vegetal tibia
               75 gr margarina vegana
               1 manzana mediana

Relleno:  800 ml leche de soja
               2½ sobrecitos de pudin de vainilla
               3 puntitas de cuchillo estevia
               100 gr xilitol
               100 gr margarina vegana (a temperatura ambiente)

Costra:   100 gr almendras laminadas
              100 gr xilitol
              75 gr margarina vegana

Para hacer la masa de levadura mezclamos la harina con las dos levaduras, la sal y la estevia. Calentamos la leche y derretimos la margarina en ella. Dejamos que se enfríe un poco antes de añadirla poco a poco a la mezcla de harina sin dejar de remover. Pelamos y rallamos la manzana, la agregamos a la masa y amasamos con las manos durante un rato hasta obtener una masa homogénea y suave. Metemos la masa en un bol grande y éste en una bolsa de plástico, y dejamos subir durante una hora en un lugar cálido.

Poco antes de que pase la hora derretimos la margarina para la costra, echamos el xilitol y las almendras y removemos bien.

Luego cubrimos con la masa un molde redondo de 26 o 28 cm Ø previamente engrasado y enharinado, repartimos la mezcla de almendras por encima y volvemos a dejar que suba dentro de la bolsa de plástico en un lugar cálido durante 30 minutos.

Pasado este tiempo metemos al horno precalentado a 200° durante 20 a 25 minutos, cuidando de que no se queme la capa de almendras.

Mientras se cuece el bizcocho, preparamos el relleno. Mezclamos el pudin con la estevia, el xilitol y un poco de la leche de soja. Ponemos a hervir el resto de la leche. Cuando empiece a subir la apartamos del fuego y echamos la mezcla de pudin sin dejar de remover. Volvemos a colocar el cacillo en el fuego y seguimos removiendo unos momentos. Vertemos el pudin en un bol de cristal y ponemos un trozo de film transparente directamente encima del pudin para que no se forme una capa de nata. Ponemos a enfriar hasta que tenga una temperatura similar a la de la margarina (que estará a temperatura ambiente). Si el pudin está demasiado caliente se derritirá la margarina y si está demasiado frío no podrá mezclarse bien porque la margarina se cuajará.

Una vez listo el bizcocho dejamos que se enfríe y luego lo cortamos por la mitad horizontalmente. Separamos las dos mitades cuidando de que no se caigan las almendras. Una vez frío extendemos la crema sobre la mitad inferior y cubrimos con la otra mitad. Metemos en la nevera hasta que se cuaje la crema.


Y ahora, a disfrutar!!!

domingo, 5 de abril de 2015

¡¡ Felices Pascuas 2015 !!

Me acuerdo de que cuando era chica en Semana Santa nos regalaban unos nazarenos de cartón que tenían debajo una cremallera, y al abrirla ¡oh, sorpresa! salían montones de huevecitos de chocolate envueltos en papelitos de plata de muchos colores. No sé si siguen existiendo, pero era algo muy especial. Aparte estaban los huevos más gordos, también envueltos en papel de colores, pero a estos teníamos menos acceso. Parece ser que era cosa de mayores.


Por cierto que he encontrado un patrón para hacerlos un@ mism@. Podéis mirar aquí.

Cuando salí de España me dí cuenta de que eso de los nazarenos era algo muy nuestro, y que en otros países les choca mucho que en Semana Santa "miembros del kukuxclan" vayan por las calles con una vela. En el centro de Europa no hay procesiones, ellos buscan al Osterhase, la liebre de Pascua, que esconde huevos de colores y cestitos con regalos. Además en las casas y jardines adornan ramas de árboles con huevos de colores, algunos algo catetos de plástico, pero otros son obras de arte.


El único inconveniente es que muchos de ellos son huevos auténticos a los que les hacen dos agujeros, uno para soplar y el otro para que salga el contenido (yo también lo he hecho y sé de qué hablo :-(). Se pintan y consumen muchos huevos en Semana Santa, y los niveles de colesterol deben de subir por las nubes. Pobres gallinitas...

En algunas ciudades y pueblos también adornan fuentes y estatuas con huevos de colores.



Mi Osterhase personal es este conejito de orejas gachas al que le he cogido cariño:


Y para endulzarnos las Pascuas tenemos esta tarta alemana que se llama Bienenstich, traducido sería "Picadura de abeja", pero es una tarta riquísima de crema de vainilla con almendras caramelizadas, y todo sin azúcar ni sufrimiento animal :-))

La receta en el próximo post, ¡prometido!
¡¡ Felices Pascuas !!