¡Cielos, qué horror!
No, no me he vuelto loca ni carnívora ni fricki ni nada raro. Así es como llamábamos mi hermana y yo al "guisaillo de carne" de toda la vida. Y cuando íbamos al mediodía en el autobús del colegio decíamos: "Ojalá que hoy no haya estofado de murciélagos". No sé por qué lo llamábamos así ni por que no nos hacía gracia, porque está la mar de rico y es muy fácil de preparar. (Hola, María, ¿te acuerdas?, ja, ja.)
La base que he usado (los "murciélagos" ;-)) es seitán hecho en casa (que también es super fácil, otro día os doy la receta). Pero también se puede hacer con medallones de soja texturizada (en este caso tendremos que hervir los medallones en caldo vegetal con un chorrito de salsa de soja), y así el plato se convierte en apto para celíacos.
¿A que tiene buen corte? ;-)
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Pues aquí va la receta:
2 trozos medianos de seitán
2 tomates
1 pimiento verde grande
1 cebolla mediana
1-2 dientes de ajo
2 hojitas de laurel
4-5 clavos de olor
Sal y pimienta
Aceite para freir
Cortamos la verdura en trozos pequeños y la ponemos a hervir con un poco de agua y las especias. Lo tapamos y dejamos hervir hasta que la verdura esté tierna.
Mientras tanto cortamos el seitán en trozos de un tamaño comestible y lo freímos en la sartén con un poco de aceite.
Cuando la verdura esté lista sacamos las hojitas de laurel y trituramos el resto (si tenéis vaso de colador de la batidora aún mejor, así nos saldrá una salsa suave sin pieles y demás. También se puede usar un pasapuré).
Echamos el seitán y la salsa en una cacerola y damos un hervor. Y ¡a comer!
Como no lleva más grasa que el aceite de freir el seitán podemos permitirnos unas patatitas cocidas y rehogadas con aceite de oliva, hmm...!! |
No es que sea un plato muy veraniego, pero es que por esta tierras donde me hayo, más que verano parece otoño porque no para de llover y hace fresquete. Pero ya queda menos para las vacaciones..., yuhu!!