¿Conocéis el ajo de oso? En latín se llama Allium Ursinum (sí, con las letras en cursiva, que dan más autenticidad).
Se
trata de una planta silvestre y perenne emparentada con el ajo, la
cebolla y el cebollino. Crece especialmente en los bosques de Europa (en
España en el centro y norte) y en partes de Asia, y es muy apreciada como verdura, condimento y planta medicinal.
Toda
la planta es comestible, pero normalmente se usan las hojas frescas y
crudas, ya que al calentarla se modifican las sustancias sulfurosas de
la planta y pierde tanto sus propiedades como su sabor. También al
secarse se pierde el sabor característico a ajo.
Se
suele recolectar en primavera, antes de que salgan las flores, por lo
que hay que tener muchísimo cuidado de no confundirla con dos plantas
extremadamente venenosas:
La convalaria o lirio de los valles (Convallaria majalis) |
En España la convalaria es muy rara y
sólo se da en las sierras y el norte. Sus hojas son más recias y
oscuras que las del ajo de oso y el envés es brillante, mientras que el
ajo de oso tiene un envés mate. Además las hojas de la convalaria crecen
juntas de un tallo envuelto por una piel, y el ajo de oso sale directamente del suelo en
hojas sueltas con un tallito blanco.
El
cólquico suele crecer en los prados, por lo que trataremos de evitar
recolectar el ajo de oso fuera del bosque. De todas formas debemos tener
cuidado, ya que también en la misma zona pueden crecer ambas plantas.
Las hojas del cóquico son más alargadas, grandes y bastas que las del
ajo de oso y salen directamente del suelo, sin tallo.
Herbstzeitlose significa cólquico, las plantas de la derecha son ajo de oso |
En otoño el cólquico tiene unas flores muy bonitas, pero para entonces será demasiado tarde, ya que su consumo puede ser mortal.
La
principal característica que distingue al ajo de oso de las otras
plantas es su olor a ajo. De todas formas no debemos coger una planta
que no estemos seguros de lo que es, ya que el olor se pega a los dedos y
podemos equivocarnos.
Ajo de oso, cólquico y convalaria |
Aparte
del sabor, el ajo de oso tiene propiedades medicinales similares al
ajo, pero aumentadas y con la ventaja de que no deja olor en la boca. En
primavera tenemos una excelente oportunidad de desintoxicar el
organismo, ya que el ajo de oso es depurativo al contener aceites
esenciales con sustancias sulfurosas que favorecen la purificación de la
sangre. Además es rico en hierro, vitamina C, B1 y B2, manganeso y
magnesio.
Y aquí no queda la cosa, también sirve contra la hipertensión y la arteriosclerosis, ayuda en molestias estomacales e intestinales, evita la proliferación de cándida en el intestino y aparte de tener propiedades antibióticas sirve para recuperar la flora intestinal después del consumo de antibióticos. Es bueno para la piel y los catarros bronquiales, y previene el infarto cardíaco y los ictus.
¿Algo más?, pues sí: aumenta las defensas del organismo y disminuye el colesterol (malo).
¡¡Menuda
panacea!! (me diréis), y todo al alcance de la mano sin gastarnos ni un
céntimo (siempre que tengamos la suerte de encontrar un sitio donde
crezca el ajo de oso, claro, lo que ya no es tan fácil, por eso también
es más apreciado).
Bueno,
¿os quedan todavía ganas de una receta?, si? ya me lo imaginaba, así
que recompensaré vuestra paciencia con una receta muy fácil y que nos
permite tener ajo de oso durante varios meses.
150 gr ajo de oso
65
gr anacardos crudos
2
cucharadas de pipas de girasol peladas y crudas
2
cucharadas de levadura de cerveza
2
cucharaditas rasas de sal
1
cucharada de zumo de limón
150
ml aceite de oliva
Picamos
basto el ajo de oso. Tostamos ligeramente
los
anacardos y las pipas de girasol. Trituramos todos los ingredientes
con la batidora y lo guardamos en un bote de cristal esterilizado con
una capita de aceite de oliva por encima para que se conserve mejor.
Podemos esterilizar fácilmente botes de cristal llenándolos de agua
hirviendo (no olvidar la tapadera y el borde). Tiramos el agua y los
dejamos secar bocabajo.
Que rico Rocío, el pesto es genial, a mi me encanta con un buen plato de pasta!!
ResponderEliminarCreo que en Baleares no tenemos esta planta, o al menos no me suena haberla visto... una pena, porque es casi milagrosa!! :)
Besos guapa!!
Tienes razón, Ester, con un plato de pasta es ideal. Te recomiendo que mires mi último post (el taller de cocina detox), en él hicimos un plato de espaguetis de calabacín con ajo de oso y aguacate.
EliminarLa planta es difícil de encontrar, yo sólo la he visto en el centro de Europa, e incluso ahí no se encuentra con facilidad. Pero también se puede hacer pesto con otras hierbas, aunque no sean silvestres.
Un beso y que tengas un buen día!
Yo en España nunca lo vi, pero en Arandanolandia crece a puñados cuando es temporada. Yo no me atrevo a recolectarlo, porque más de uno ha acabado muy mal confundiéndose. Aunque dicen que las otras dos no tienen ese olor a ajo tan característico.
ResponderEliminarPor cierto, tengo un pesto casi igual en mi nevera. Pero lo hizo mi suegra, no puedo atribuirme el mérito. Eso sí, puedo decir que está BUENÍSIMO. Y que si vives con una pareja que no lo comas sólo tú, si no quieres que tu aliento lo deje inconsciente.
Uy, tendré que darme un paseito por Arandanolandia un día de estos, tiene que ser un sitio super guay ;-). Las confusiones son peligrosas (en muchos sentidos, pero no quiero ahora filosofar, me refiero a confundir las plantas), a mi no me ha pasado nunca, si no no estaría escribiendo esto, ja, ja (bueno, sí, recuerdo una vez que mordí una puntita de una planta, como hago siempre para probar, y picaba tanto que la escupí enseguida, pero me duró el picor varias horas en los labios, luego me enteré de que es sumamente venenosa, uahh!!... voz temblorosa...). Pero ahora en serio, si no se conoce una planta es mejor dejarla, aunque con la experiencia se desarrolla una sensibilidad especial y sabemos cual es cual, o que tal y cual planta no tenemos ni repajolera idea de lo que es, aunque nos la encontremos por todas partes.
EliminarEn cuanto al pesto de tu suegra, pregúntale si le ha echado ajo, el de ajo de oso apenas deja olor en la boca. Me están entrado ganas de ir a coger un poco para hacer pesto, que este año se me ha pasado.
Dice que no lleva ajo! Ajo de oso y semillas de girasol, aceite y demasiada sal!! Ahora te escribo y te cuento más de mi querida Arandanolandia... Igual has estado y todo...
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