lunes, 16 de enero de 2017

Cuando ir a la compra se convierte en aventura

Cuando el día se presenta así y sólo te queda una naranja en la nevera, piensas en comer manzanas, pero sólo quedan cinco, y las reservas de verduras sólo dan para el fin de semana, no queda más remedio que abrigarse hasta los dientes y lanzarse a lo que caiga (y cayó, cayó mucha, pero que mucha nieve 😬😁).

Vista de mi terraza, el viento había volcado la silla y nevó, nevó y nevó toda la noche...
 La cosa estaba como para desayunar en el jardín.



 Menos mal que el termómetro era benigno

Bueno, al principio sólo que era una sorpresa
Luego se convirtió en "benigno"
Y allá voy yo, más valiente que tó



o al menos eso creía, porque por el camino nos encontramos a un grupo de "Trychler". Los Trychler son hombres y niños (sí, en masculino, hasta ahora no los he visto femeninos) que se pasean en grupos por las calles desde el día de Reyes hasta el martes de carnaval llevando una campana, de las que les ponen a las vacas, atadas a la cintura y apoyadas sobre un cojín que llevan en la espalda, y al andar van haciendo un jaleo tremendo, pero todo muy rítmico, eh?. Para ellos es muy importante y se lo toman muy en serio, (hay varias asociaciones de Trychler con mucha tradición), por eso tienen que ensayar, haga el tiempo que haga (a cada uno le da por lo que le da...).



Este coche estaba como para una urgencia:


 Dejo atrás la estación y emprendo el camino del supermercado:





















Con tal de no resbalarme, lo que me echen.







 Y el camino se convierte en una gran aventura, llena de experiencias

tiernas y asombrosas
bucólicas

algo peligrosas (menos mal que estaba el puente)
y también desagradables (Notschlachtlokal = matadero de urgencia. Me imagino que sólo para animales no humanos)
Y una vez cumplida la tarea por la cual me metí en estos berenjenales, o sea, hacer la compra, emprendo el camino de vuelta muerta de risa (es que el frío da risa, no lo sabíais?)


y tras salvar los obstáculos del caos de tráfico
 
En realidad se apañan muy bien por estas tierras, no me quiero ni imaginar la que se organizaría en Málaga si pasara algo así, ja, ja
y subir la calle



y las escaleras hasta la puerta de nuestra casa


por fin llegamos sanos y salvos


¿A que es divertido ir a la compra? 😃

Hoy sigue nevando (parece que le ha cogido el gusto, y es un no parar)



La nieve se resbala de los tejados (como en los cuentos)



y de aquí a que pueda sentarme otra vez en esta silla, creo que van a pasar aún muchas tardes de chocolate y bizcocho liadita en una manta 😋


El bizcocho en el próximo post 😊

2 comentarios :

  1. Menuda Aventura!!.... Pero que bonitos paisajes, como de cuento de navidad, jeje. Seguro que mereció la pena por los paisajes y por lo bien que te lo pasaste riendo con el frío, jeje
    Son días para mirar por la ventana y disfrutar calentita del paisaje ^_^ Yo también me apuntaba a ese bizcocho con chocolate y manta... YUMMMMM!!!! ;P

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    Respuestas
    1. Qué bien si pudiera quedarme todo el invierno mirando el paisaje por la ventana, liadita en una manta y tomando chocolate!! ja, ja, me iba a poner tremenda. La verdad es que cuando hace sol y está todo nevado es precioso, y a mí me encanta salir (bien abrigadita, eso sí 😊), lo malo es cuando no hay más remedio que salir y está cayendo una que no veas y el suelo está resbaloso o lleno de nieve pisoteada y gris.
      Un beso!!

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