Esta tarta la he dedicado a una amiga para su cumpleaños. Espero que te guste, Mariam, siento no haber podido traértela en persona :-)
250 gr harina integral de espelta
70 gr aceite de girasol
Esencia de vainilla
Estevia *
200 ml leche de soja
1 sobrecito de levadura
1 pizca de sal
1 ½ sobres de flan
500 ml de leche de soja
150 gr semillas de amapolas molidas (la venden en herboristerías o en el puesto de hierbas del mercado)
Condimento para alfajor (canela en polvo, nuez moscada, anís, cardamomo, cilantro)
30 gr de margarina vegana
150 ml leche de soja
70 gr aceite de girasol
Esencia de vainilla
Estevia *
200 ml leche de soja
1 sobrecito de levadura
1 pizca de sal
1 ½ sobres de flan
500 ml de leche de soja
150 gr semillas de amapolas molidas (la venden en herboristerías o en el puesto de hierbas del mercado)
Condimento para alfajor (canela en polvo, nuez moscada, anís, cardamomo, cilantro)
30 gr de margarina vegana
150 ml leche de soja
* Para rectificar el dulzor ver aquí
Primero hacemos un bizcocho base. Mezclamos la harina con la levadura, 3 puntitas de cuchillo de estevia, la vainilla y la pizca de sal. Agregamos el aceite, mezclamos un poco y añadimos la leche de soja. Batimos todo bien y vertemos la masa en un molde redondo de unos 26 cm Ø previamente engrasado y enharinado. No debemos olvidar subir un poco los bordes para poder echarle relleno. (El de la foto lo hice para una amiga y era más pequeño, así que reduje la cantidad de ingredientes. Mariam, espero que te guste cuando lo hagas :-)).
Primero hacemos un bizcocho base. Mezclamos la harina con la levadura, 3 puntitas de cuchillo de estevia, la vainilla y la pizca de sal. Agregamos el aceite, mezclamos un poco y añadimos la leche de soja. Batimos todo bien y vertemos la masa en un molde redondo de unos 26 cm Ø previamente engrasado y enharinado. No debemos olvidar subir un poco los bordes para poder echarle relleno. (El de la foto lo hice para una amiga y era más pequeño, así que reduje la cantidad de ingredientes. Mariam, espero que te guste cuando lo hagas :-)).
Metemos
el bizcocho en el horno precalentado a 180° y dejamos que se haga
durante unos 20 minutos, hasta que tome un color doradito.
Mientras
se hace el bizcocho en el horno preparamos la masa de semillas de
amapolas. En una cacerola no muy grande mezclamos las semillas de
amapolas molidas (normalmente las venden sin moler, pero se pueden
moler muy bien en el molinillo de café) con 3 puntitas de cuchillo
de estevia y las especias para alfajor (en países de tradición
pastelera las venden ya mezcladas y molidas, nosotros podemos moler
en el mortero algunas especias como anís, cardamomo, cilantro, y
mezclarlos con canela en polvo y nuez moscada). Agregamos la
margarina y 150 ml de leche de soja y lo ponemos a fuego no muy alto
removiendo continuamente durante unos minutos. Lo apartamos y
reservamos. Si vemos que se nos pega podemos añadir
un poco más de leche de soja, pero cuidando de que nos quede una
masa compacta.
Una
vez que esté listo el bizcocho preparamos la crema con el flan en
polvo, 500 ml de leche de soja y 2 puntitas de cuchillo de estevia.
El truco para que la crema quede suave y sin grumos es mezclar el
flan en polvo y la estevia con una parte de la leche de soja (unos
150 ml), poner el resto a cocer, y cuando empiece a subir retirar el
cacillo del fuego, verter la mezcla de flan y remover bien con un
mezclador de varillas manual. Luego ponemos de nuevo el cacillo sobre
el fuego y seguimos removiendo hasta que la crema espese un poco. Si
espesa demasiado podemos añadir
un poquito de leche de soja, pero con cuidado de que no nos quede
demasiado líquido. A continuación extendemos inmediatamente la
crema sobre el bizcocho (dejando una mijita aparte para la sonrisa) y
repartimos la masa de semillas de amapolas cubriendo bien toda la
superficie.
¿Y
la sonrisa? Pues simplemente echamos el flan que hemos apartado en
una manga pastelera o en una bolsa de plástico pequeña
(de las de congelados) y cortamos un piquito de una de las esquinas,
ponemos cara de sonrisa y el resto sale solo, provadlo y ya vereis.
Esta amapola es para mirarla, no para comerla, que todo no se come ;-)
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