Por la noche se debieron de multiplicar, porque al día siguiente había cerezas por todas partes. Dios mío, ¡¿qué hacer?! Decidí ponerme a dieta de cerezas, congelé varias bolsas, hice mermelada y por último preparé esta tarta tan refrescante y decorativa.
250 gr harina integral de espelta
70 gr aceite de girasol
Esencia de vainilla
Estevia *
200 ml leche de soja
1 sobrecito de levadura
1 pizca de sal
1½ sobres de flan de vainilla
500 ml de leche de soja
½ kg de cerezas
1 cucharadita rasa de agar-agar
* Para rectificar el dulzor ver aquí
70 gr aceite de girasol
Esencia de vainilla
Estevia *
200 ml leche de soja
1 sobrecito de levadura
1 pizca de sal
1½ sobres de flan de vainilla
500 ml de leche de soja
½ kg de cerezas
1 cucharadita rasa de agar-agar
* Para rectificar el dulzor ver aquí
Para empezar tendremos que quitarle el hueso a las cerezas. Es lo más rollo de toda la receta.
Luego
encendemos el horno a 180°C y preparamos un bizcocho base.
Mezclamos
la harina con la levadura, 3 puntitas de cuchillo de estevia, la
vainilla y la sal. Añadimos
el aceite, mezclamos un poco y agregamos la leche de soja. Batimos
todo bien y extendemos la masa en un molde redondo de unos 26 cm Ø
previamente engrasado y enharimado. Subimos un poco los bordes para
que nos quepa el relleno.
Metemos
el bizcocho en el horno precalentado a 180° y dejamos que se haga
durante unos 20 minutos, hasta que tome un color doradito.
Cuando
esté listo el bizcocho preparamos la crema con el flan en polvo, 500
ml de leche de soja y 2 puntitas de cuchillo de estevia. El truco
para que la crema quede suave y sin grumos es mezclar el flan en
polvo y la estevia con una parte de la leche de soja (unos 150 ml),
poner el resto a cocer, y cuando empiece a subir retirar el cacillo
del fuego, verter la mezcla de flan y remover bien con unas varillas.
Luego ponemos de nuevo el cacillo sobre el fuego y seguimos
removiendo hasta que la crema espese un poco. Si espesa demasiado
podemos añadir un poquito de leche de soja, pero con cuidado de que
no nos quede demasiado líquido. A continuación extendemos
inmediatamente la crema sobre el bizcocho y colocamos las cerezas por
toda la superficie.
Por
último preparamos el toque final para darle una apariencia
brillante. Mezclamos 150 ml de agua, una puntita de cuchillo de
estevia y una cucharadita rasa de agar-agar. Con el agar-agar debemos
ser un poco rácanos, ya que si no nos saldrá demasiado duro.
Preparamos la mezcla siguiendo las instrucciones del paquete (cada
fabricante es un poco diferente) y lo extendemos cuidadosamente sobre
el bizcocho con las cerezas cuidando de que llegue a todos los
rincones. Como el agar-agar solidifica con el frío tendremos que
meter la tarta en la nevera durante un rato antes de comerla.
Por cierto, que esta tarta la podéis hacer con todo tipo de frutas. Siempre queda muy rica y es muy socorrida para llevar a fiestas o cuando tenemos invitados.
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