martes, 24 de septiembre de 2013

Tarta light de crema con costra

Esta tarta es la más apropiada para esas veces que es necesario tener una tarta a mano y tenemos prisa o nos apetece algo dulce bajo en calorías.


Y es así de fácil:

50 gr almendras molidas
250 gr harina integral de espelta
50 ml aceite de girasol
200 ml agua
1 sobrecito de levadura
1 cucharadita de canela molida
1 pizca de sal
Estevia *
Xilitol
1 sobre de flan de vainilla
500 ml leche de soja

 * Para rectificar el dulzor ver aquí

Primero preparamos el bizcocho base. Mezclamos los ingredientes secos: las almendras, la harina, 3 puntitas de cuchillo de estevia, 1 cucharada colmada de xilitol, la levadura, la canela y la pizca de sal.. Añadimos el aceite, y después de mezclarlo todo un poco ponemos el agua. Debe quedarnos una masa más bien compacta, pero no demasiado seca.

Encendemos el horno a 180°.

Engrasamos y enharinamos un molde redondo de unos 26 cm Ø, extendemos la masa con una cuchara que mojamos de vez en cuando en agua (así no se pega la masa a la cuchara y es más fácil de trabajar). No olvidéis subir los bordes para poner el relleno. Y por último lo metemos en el horno durante 20 minutos, hasta que quede doradito pero cuidando de que no se queme.

Cuando esté listo rascamos con un tenedor la superficie del bizcocho (si ahondáis demasiado y os encontráis con el molde, don't worry, ponéis un poquito de bizcocho en el agujero y apretáis). Sacamos el bizcocho desmenuzado con una cuchara y así obtendremos la costra, que luego repartiremos sobre el flan. Pero vayamos por partes.

Preparamos el relleno con el flan en polvo, 3 puntitas de cuchillo de estevia, una cucharada colmada de xilitol y la leche de soja. El secreto para que quede cremoso (como ya sabéis de otras tartas) está en echar fuera del fuego la mezcla de flan, un poco de leche de soja y estevia a la leche de soja hirviendo, removerlo con unas varillas y ponerlo de nuevo sobre el fuego hasta que espese un poco. Luego extendemos el flan sobre el bizcocho y repartimos por encima el bizcocho desmenuzado, cuidando de cubrirlo bien. Y por último el toque final: lo ponemos bajo el grill unos minutos (pero ¡cuidado!, que como nos descuidemos se quema). Así la costrita se queda dorada y crujiente.


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