Ya sabéis que lo que más apetece en verano es la fruta, fresquita, jugosa, variada, seductora, pidiendo a gritos: "¡cómeme, cómeme!", y encima ni siquiera es pecado.
Así que aquí os traigo un postre frutal fresquito y seductor que es un placer para el paladar y la vista (y buena parte de los demás sentidos).
A pesar de la pinta estupenda no es nada difícil, sólo un poco pejiguera porque hay que picar mucha fruta |
Esta es la receta:
Bizcocho base: 150
ml yogur natural sin azúcar
200
ml leche vegetal
2
cucharadas de Maizena
1½
tazas de harina integral de espelta
2 puntitas de cuchillo de estevia
60 gr xilitol
2 cucharaditas de
levadura en polvo
½
taza de aceite de girasol
1 pizca de sal
Áspic: 500
ml zumo de uva blanca
Fruta
variada del tiempo: manzana, fresa, piña,
albaricoque, arándanos, kiwi, grosellas ....
(la cantidad de fruta depende del tamaño del bol)
(la cantidad de fruta depende del tamaño del bol)
5
gr agar-agar (= 2 cucharaditas rasas)
Primero preparamos el bizcocho. Precalentamos el horno a
160°
Batimos
con las varillas el yogur con la estevia y el xilitol, vamos
añadiendo
sin dejar de batir la maizena, la leche, la harina con la levadura y
el aceite.
Extendemos la masa por
toda la superficie de una bandeja de horno cubierta de papel de
hornear. Lo dejamos hacer 12 minutos con
calor arriba y abajo y luego 12 Minutos más sólo con calor abajo. Dejamos enfriar.
Mientras tanto lavamos
y picamos bien la fruta.
Disolvemos
el agar-agar en un poco de zumo de uva y lo ponemos a cocer con una
parte del zumo removiendo continuamente durante un par de minutos. Lo
mezclamos con el resto del zumo y vertemos un poco en el fondo de un
bol grande, dejamos que se enfríe un poco a temperatura ambiente.
Luego
mezclamos la fruta con el resto del zumo con agar-agar y lo echamos
en el bol que teníamos enfriando. Colocamos una capa de bizcocho por
encima y metemos a enfriar en la nevera hasta que se cuaje (puede
tardar varias horas).
Una
vez cuajado pasamos un cuchillo por el borde con cuidado y lo
volcamos sobre un plato llano. Podemos decorar con frutitas o con nata
vegana montada.
¿Quién se puede resistir?