¿Cuándo podré volver a abrazarte?

Querida mamá,

¿cuándo  podré volver a abrazarte? Pensé ir por ahi el próximo mes de Agosto, pero hacer planes era cosa de antes del coronavirus, ahora hacer planes es perder el tiempo, porque no se sabe qué pasará mañana, lo mismo ya nunca más nos dejarán abrazarnos, o no será como antes, habrá siempre ese medio segundo de más que se interpondrá entre nosotras.



Me gustaría tener tu humor y tu ánimo. Como ya sabes, en Alemania, se puede salir a pasear. Están los parques llenos y hasta de excursión hay más gente que nunca, y es que el aire puro y el ejercicio son buenos para mantenerse sano. Tú, sin embargo, encerrada entre tus cuatro paredes, mirando las mismas cortinas de siempre, los  mismos cuadros en los mismos sitios, esperando a que pasen los días, como si te sobraran, y a pesar de todo echándole ganas a la vida y encontrando siempre algo para pasar el tiempo, recorriendo los pasillos de la casa con tu pata chula, haciendo planas con tu mano tonta, arrancándoles un retal de cariño a viejos cuadernos, reviviendo recuerdos en fotos antiguas, poniéndole alegría a la vida en las pequeñas cosas, aunque nadie te visite y ni siquiera puedas ver las procesiones por la tele (a lo mejor repiten las del año pasado...). Yo, a cambio, me deprimo, con o sin motivo, y pienso en las otras víctimas del corona, en las mujeres y los niños que viven con sus maltratadores, en las personas que no morirán del virus, pero sí de pena, porque no tienen a nadie que les haga compañía, que les saque una sonrisa; en los miles de suicidios que estarán teniendo lugar (o lo tendrán cuando pase la cosa), los divorcios, los parados, las personas con depresión, con problemas de neurosis (porque nos están sometiendo a una dosis masiva de neurosis), con problemas de miedo.

Me preocupa el tema del miedo, porque de él se ha contagiado más gente que del virus, y el miedo mata. Y me pregunto por qué nos hablan continuamente de los muertos y no nos cuentan cuántas personas están de nuevo sanas, todo lo más nos dicen "se han recuperado" (aunque al menos esto tiene la ventaja de que disminuirán las muertes por otras enfermedades, ya que el corona es el culpable de todo). Por qué nos imponen métodos de alejamiento  y protección para no enfermar, y no nos invitan a poner de nuestra parte para estar sanos. Por qué no cargan las tintas en la salud, en vez de en la enfermedad. No me gustan estos métodos, son dañinos y sólo crean inseguridad, desconfianza en los demás, distanciamiento y fé ciega en el sistema, un sistema que nos ha conducido a esta situación y del que no me fío. Este sistema me da mil veces más miedo que el coronavirus, porque alardea de transparente, pero se guarda mil cartas en la manga (a que no has oido hablar de cómo influye el 5G en la salud - seguro que ni siquiera sabes lo que es el 5G -, ni de las vacunas obligatorias, ni de la app de registro de transeuntes, ni de la abolición del dinero en metálico, que ya no vas a poder darle una propinilla al portero ni un dinerito a tus nietos por hacerte la compra). Mucho más miedo que el coronavirus me da lo que venga después.

Si en vez de cuarentena lo hubieran llamado cuaresma, de pronto todo tendría otro cariz. Lo que pasa es que cuaresma tiene connotaciones religiosas, y eso echa para atrás, pero ¿no sería entonces una oportunidad de aprovechar este encierro para tener más contacto con nosotros mismos, para ordenar no sólo cajones, sino nuestro interior, para comer más sano y limpiar nuestro cuerpo y nuestra mente, para poner más paz en nuestra vida, para ser más creativos, para aprender a reir, para despertar?

No quiero cansarte con mis luchas internas, me gustaría tener tu humor y tu ánimo, ya te lo he dicho antes, quizás aún no sea demasiado tarde para aprender y aprovechar este tiempo para encontrar la manera de crear un mundo más positivo después del corona. Quizás ésta sea una buena oportunidad.

¡¡Cuídate!! Y espero no tener que esperar mucho tiempo para poder darte un abrazo.

Con todo mi cariño

Rocío