jueves, 7 de mayo de 2020

Por fin libres, ¿y ahora qué?

Aviso: Este post es un tocho (casi) sin fotos, léelo sólo si te interesa la justicia, la democracia, la auténtica solidaridad, si deseas un mundo más humano y quieres información que te permita decidir por ti mism@. Si no, quédate en casa, ponte la máscara y atibórrate de bollos y chucherías.

¿Libres? no sé a qué hora me tocaría salir si viviera en España. Las fotos que veo me dan miedo, tanta gente enmascarada y la mayoría parece feliz, agradecidos incluso. Después de 50 días de confinamiento le agradecemos a los que nos han recluido que nos dejen salir a determinadas horas del día, a una distancia de 1 km de nuestras viviendas y enmascarados, no se sabe muy bien si para no pegarles a otros el virus o para que no nos lo peguen (esto a mucha gente aún no le queda claro, la cuestión es llevar la máscara, porque así nos lo han dicho, también a 30°C, o más, que ahora empieza la diversión). El pánico ha ganado la batalla.

En Alemania las medidas han sido más suaves, y a pesar de todo la gente sale a la calle a manifestarse por esta desproporción entre las medidas que se han tomado y el peligro del virus. Las consecuencias que deja esta llamada pandemia es un desastre mucho mayor que el daño que supuestamente hubiera ocasionado el virus.

Sí, sí, ya sé que me dirás,"tú no puedes hablar, en España ha sido mucho peor que en Alemania", y yo te pregunto "¿y cómo lo sabés?". Nos creemos lo que nos dicen sin rechistar, nos tragamos las imágenes que nos ponen en las noticias sin darnos cuenta de que los medios de comunicación están al servicio del poder y saben muy bien cómo tocar la fibra sensible de los ciudadanos de a pié. Los medios de comunicación y la política se han vuelto todopoderosos (cito al Dr. Bhakti, ver referencias más abajo). Ya sé que sueno a teorías conspiradoras, desde hace un tiempo a esta parte todo lo que no coincide con la versión oficial o la corriente principal son "teorías conspiradoras" (antes se llamaba libertad de expresión), y no es que no las haya, algunas llenas de imaginación volcánica, pero a lo que yo apelo es a pensar con nuestras propias mentes, a informarnos en diferentes fuentes y poner las cosas un poco en tela de juicio antes de aceptar lo que nos dicen y nos imponen como si no hubiera nada más. Lo malo es que en este caso el Gobierno ha jugado una magnífica partida y en España el pánico está tan bien inculcado, que es muy difícil encontrar información con la que cotejar los datos oficiales. La única información que he encontrado es un pobre video de 5:43 minutos del 16 de Marzo de la Dra. Natalia Prego Cancelo (¿te suena?..., ¿ves? no se conocen este tipo de opiniones). En el video expone un tema importante que no se ha tenido en cuenta (ni en España ni en ningún otro país), y es el tema de las cifras, porque no es lo mismo estar infectado que estar enfermo. No es lo mismo morir del virus que morir con el virus.

También he encontrado otros videos sudamericanos, algunos suenan conspiradores, otros son objetivos y coherentes. Al final del post te dejo los enlaces, por si quieres echarles un vistazo.

Pero obviando el tema de la escasez de información en España, (en Alemania, a pesar de que youtube borra videos, sigue habiendo muchos y muy buenos, para los que sabéis alemán os paso algunos más abajo, vale la pena escucharlos), a lo que voy es al verdadero peligro de esta pandemia, no sólo del virus, sino de las consecuencias debido a que las medidas tomadas no están en proporción con el auténtico peligro del virus, y han dejado un desastre tanto en la existencia de muchos millones de personas (paro, quiebra de empresas, divorcios, suicidios, personas con necesidades médicas que no han sido atendidas - en muchos casos por miedo -, personas que sufren de soledad o de pena por no haber podido despedir a sus seres queridos como es debido, etc.) como también en el futuro del planeta. La naturaleza quizás sea la que más va a salir ganando (aparte de la industria farmacéutica cuando encuentren la ominosa - aunque por muchos muy ansiada - vacuna). 

Todo el mundo habla de que ya nada será como antes. Antes hablábamos de mejorar el mundo, ahora miramos el mundo anterior con nostalgia. ¿Qué es lo que nos espera? Se puede especular mucho: vacunas obligatorias, app de seguimiento, abolición del dinero en metálico, subidas exorbitantes de los impuestos, embargos... (y no entro en temas mayores), pero lo que pase depende en muy buena parte de nosotros, de que nos hagamos conscientes de qué es lo que ha pasado, cómo hemos reaccionado, qué es lo que estamos dispuesto a que hagan con nosotros, qué estamos a su vez dispuestos a poner de nuestra parte para que el futuro de nuestro planeta, de la naturaleza, de nuestra salud, en definitiva: de nuestras vidas, sea digno de vivirse. 

Se ha hablado mucho de solidaridad, pero la verdadera solidaridad es unirnos para que rija la justicia y no el estado totalitario en el que nos encontramos a nivel mundial. Nos impiden reunirnos, nos impiden expresarnos (si no por qué borran informaciones en youtube, en facebook, etc., por qué no hay debates en televisión de científicos con diferentes puntos de vista), nos impiden acercarnos a menos de 1,5 m, el vecino nos denuncia si no acatamos las medidas impuestas, nos arruinan y nos tapan la boca (y no sólo con una ridícula máscara, aunque la máscara es muy simbólica), ¿es esto solidaridad? ¿es esto democracia? ¿es esto justicia? Las medidas tomadas son inhumanas porque no guardan relación con el posible peligro del virus.

El virus existe, como existen muchos otros virus que llevamos con nosotros sin saberlo, porque pertenecen a nuestra existencia. El COVID-19 tiene sus características: contagio rápido, tiempo de incubación largo y especial virulencia en personas con enfermedades previas (personas que en su mayoría hubieran muerto próximamente por su enfermedad). Partiendo de esta base, ¿no hubiera sido lo más lógico y razonable haber aislado a los grupos de riesgo por un tiempo y dejar que el resto de la población tome medidas higiénicas de sentido común, coja el virus (no intencionadamente, pero como se coge el virus de la gripe, que por cierto en el 2018 mató a 20.000 personas en Alemania, el corona ha matado hasta ahora a menos de 7.000), se inmunice y se siga una vida normal (lo que se llama inmunidad colectiva)? Todo esto que estoy contando no es invención mía, me baso en las fuentes que he consultado.

El problema es que desde el principio se ha creado un pánico generalizado sin un planteamiento crítico. En China surgió, por las razones que sean (sobre esto hay varias teorías) la sospecha de que el COVID-19 era más peligroso que otros coronavirus, y esta opinión se lanzó al mundo, y el mundo la aceptó sin investigar si era verdad. Se empezaron a hacer pruebas del virus, y cuanto más puebas se hacen, más se encuentran. Y se extendió el pánico, y todo porque no se supo distinguir la cuestión más elemental: y es que una cosa es morir del virus y otra morir con el virus. El instituto alemán Robert Koch para la investigación de enfermedades infecciosas ha llegado incluso a prohibir las autopsias de personas que, ya fuera antes o después de morir, han dado positivo al test del COVID-19. No se han hecho pruebas aleatorias en la población para ver la auténtica propagación del virus (quizás todos somos portadores del virus, aunque no se manifieste), pero si una persona que muere da positivo, automáticamente pasa al grupo de los muertos por (y no con) coronavirus. A raiz de las cifras se toman medidas drásticas para toda la población y todos los ámbitos de la vida, y se cierran los ojos, los oidos y la mente a cualquier otra opinión que no sea la de la OMS, en Alemania el instituto Rober-Koch, el señor (Wieler (su actual presidente) y el Dr. Christian Drosten (jefe de virología de La Charitè, el hospital universitario de Berlin, al servicio del Gobierno y subvencionado en buena parte por Bill Gates), siento no poder informaros de cuales son los equivalentes en España. Por qué no se tiene en cuenta la opinión del Dr. Bhakti (especialista en microbiología y epidemiología infecciosa), el Dr. Wogard (pneumólogo e investigador en la epidemia de sida. Mirad por favor este video: https://www.youtube.com/watch?v=p_AyuhbnPOI), el Dr. Haditsch (especialista en microbiología, virología y epidemiología infecciosa), el Dr. Schiffmann y muchos otros. El periodista y empresario en medios de comunicación Klaus Langemann nos invita a reflexionar en su canal clubderklarenworte.de (desgraciadamanete sólo en alemán. Ver enlace más abajo).

Y otra cosa más, es muy triste que mueran personas queridas, muy desesperante la indefensión ante estas muertes, la muerte forma parte de la vida y es importante que tenga un lugar un nuestra existencia y nuestros corazones, pero no debemos darle importancia solamente a la muerte e incluso utilizarla (como la están utilizando los medios de comunicación con las imagenes de terror bien elegidas que nos ofrecen) para mantener el pánico. Además yo me pregunto por qué las muertes por este virus son más importantes que las muertes infinitamente más elevadas que tienen lugar año por año en el tercer mundo a causa del hambre, en su mayoría causadas por la explotación para la obtención de pastos para los animales de la ganadería masiva del primer mundo. ¿Tienen estas personas menos derecho a vivir sólo porque son pobres, porque son negros, porque no nos identificamos con ellos? ¿por qué los Gobiernos no intervienen ante tanta muerte evitable e innecesaria? ¿por qué las consideramos "normales"? Esto sí que es alarmante y clama al cielo. Un sistema que permite esto y sólo se preocupa por imponer medidas de terror ante un virus más o menos peligroso, no se merece que lo tomen en serio.

Es muy jodido que nos hayan tenido encerrados 50 días por culpa de cuentas mal hechas, pero más jodido es que nos pasemos el resto de nuestras vidas muertos de miedo (miedo a virus, al vecino, a abrazarnos, a tocarnos, a las multas, miedo, miedo, miedo!!), privados de verdadera libertad, en tratamiento psicológico contra la neurosis que nos han inyectado, la paranoia, la depresión como consecuencia de perder las perspectivas existenciales, los traumas que han vivido tantas familias, tantas mujeres y niños, sometidos a la dictadura del sistema médico, sobreviviendo a duras penas económicamente en una economía destrozada, dejándonos manipular e imponer cosas contra nuestra voluntad, y todo porque se persigue a un fantasma, se ha jugado con el efecto nocebo (lo contrario del placebo. Un ejemplo: Imagina que te levantas por la mañana llena de energía, te miras al espejo y te sientes guapa y estupenda, pero la primera persona que te encuentras te dice: "¿qué te pasa, estás mala?", la siguiente "tienes mala cara", la otra "oye, ¿te encuentras bien?". Poco a poco empiezas a dudar de ti misma, te preocupas y acabas poniéndote el termómetro), y a continuación el pánico, como el capitán del barco que anuncia por los altavoces de un transatlántico "señoras y señores, hemos descubierto un agujero en la proa, el barco hace aguas y sólo hay dos botes salvavidas".

Se han cometido errores, pero nadie ha tenido la sinceridad de reconocerlo desde el principio, y a estas alturas ningún político va a reconocerlo y rectificar, nadie se va a atrever a dar la cara, pero no podemos cometer el mismo error y cerrar los ojos, seguir creyendo en una mentira sólo porque no puede ser que los 50 días de encierro hayan sido para nada. No han sido para nada, a no ser que te hayas tirado todo el tiempo pegad@ a la tele o al móvil y comiendo bollos y chucherías, ingiriendo las noticias que nos han querido dar e identificándonos, incluso teniendo empatía, con los que nos han privado de libertad (¿te suena el síndrome de Estocolmo?). Este tiempo puede abrirnos los ojos, depende de ti, de cada un@ de nosotr@s. 

Sólo cuando se hayan puesto la última vacuna y el último chip, se hayan restringido los últimos derechos fundamentles y la libertad, y se haya cedido el último derecho a la autodeterminación, os daréis cuenta de que la "nueva normalidad" no merece ser vivida.

El coronavirus ha existido y seguirá existiendo, como tantos otros virus, es ley de vida, pero el peor virus es el miedo, la angustia, la desesperación, el borreguismo. El mundo necesita alegría, abrazos, cercanía, confianza, ternura, música, risas, encuentros, ilusión, amistad, esperanza, sonrisas (¿cómo vamos a sonreir detrás de las máscaras?), personas despiertas, personas como tú y como yo que deseen y se atrevan a ser libres. La nueva realidad, esa que dicen que no será como antes, va a ser como tú dejes que sea. Los españoles somos creativos, alegres, quizás más bien ingénuos, aunque nos la damos de ingeniosos, vamos a usar nuestra imaginación para poner en el mundo esa chispa que necesita en este momento. Los alemanes son más críticos y activos, cada uno tiene sus puntos fuertes, ya va siendo hora de ponerlos en práctica, ¿o prefieres pasarte todo el verano con la máscara puesta?

Y termino con una anécdota que ha pasado hace un rato. Como incluso en Alemania hace ya buen tiempo, teníamos la ventana abierta, mi marido se había puesto a tocar el acordeón, y de pronto oímos apláusos de la vecina de enfrente, miramos y vemos a la gente parada en la calle escuchando, todos con una sonrisa. ¡Cuánta necesidad de alegría hay en este mundo! y que fácil es poner de nuestra parte.

¡Ayúdame a difundir!

Videos en español:

Videos en alemán (muy interesantes!!):


No hay comentarios :

Publicar un comentario

Tus comentarios y propuestas son bienvenidos y dan alegría e inspiración a "Las cosas de Rocío". Gracias.