jueves, 4 de junio de 2020

Pastelitos salados de amaranto

No estaba muy segura de si publicar una receta dulce o salada. Últimamente estoy muy dulcera, aunque sé que es un deseo de llenar un hueco interior, de consolarme ante la frustración que produce la situación actual, que está muy cansina y ya va siendo hora de que vivamos normal, con la cara descubierta y los brazos abiertos para abrazar.

Total, que me he decidido por una receta salada y más sana que los dulces. Encontré esta receta (o al menos parecida, que yo no sé que tengo, que no puedo hacer una receta al pié de la letra, será mi vena rebelde 😁) en el blog de Gastrocenicienta, pero por más que lo busco en la red, no he conseguido encontrarlo, así que no puedo dar el enlace.

El amaranto es un pseudo cereal procedente de los Andes, allí le llaman kiwicha (que es el nombre quechua, probad a pronunciarlo: "quihuicha", tiene una sonido precioso, verdad?). Pues el quihuicha o amaranto además de no tener gluten, es rico en proteinas, calcio, hierro y fósforo. Su sabor es muy característico (hay que probarlo), y se puede mezclar con otras harinas para hacer pan, tortas y pasteles. 

Y me dejo ya de rollo y vamos a por los pastelitos salados de amaranto, que están muy ricos y sirven muy bien de aperitivo, cena o lo que queráis. 


1 taza de harina de amaranto (se puede moler el amaranto en el molinillo de café)
½ sobre de levadura en polvo
1 cucharada de levadura nutricional
2 cucharadas de aceite de oliva
1 cucharada de nata de avena (u otra nata vegetal)
300 ml. leche vegetal
1 cucharadita de sal
Pimienta negra
Orégano
Romero
Nuez moscada
1 cebolla mediana
4 champiñones pequeños
½ calabacín
Pipas de calabaza
Aceitunas negras

Cortamos la cebolla muy fina y la pochamos en el aceite a fuego medio hasta que quede transparente. Mientras tanto picamos los champiñones y el calabacín en trocitos pequeños y los rehogamos con la cebolla. Añadimos las especias (que pueden variar, según el gusto), la harina y la levadura, rehogamos un poco. Agregamos la nata y la leche vegetal poco a poco sin dejar de remover hasta obtener una textura cremosa.

Precalentamos el horno a 180°C.

Vertemos la crema en moldes de magdalenas (es aconsejable metar los moldecitos de papel en un molde para magdalenas, ya que si no se extiende la crema en el papel y queda aplastado. Si los moldecitos son de silicona, pues tanto mejor). Adornamos con romero, pipas de calabaza, aceitunas negras o lo que tengáis a mano. Horneamos unos 30 minutos.

Servimos calientes y comemos con cucharilla directamente del molde.


Rezept auf Deutsch

1 Tasse Amarantmehl (man kann den Amarant mit der Kaffeemühle malen)
½ Päckchen Backpulver
1 EL Hefeflocken
2 EL Olivenöl
1 EL Hafersahne
300 ml Pflanzenmilch
Pfeffer
Oregano
Rosmarin
Muskatnuss
1 Zwiebel
4 Champignons
½ mittelgroße Zucchini
Kürbiskerne
Schwarze Oliven

Zwiebel klein hacken und einem Topf mit dem Öl glasig dünsten.

Gemüse klein würfeln und mit der Zwiebel dünsten. Gewürze hinzufügen.
Mehl mit Backpulver und Hefeflocken vermengen und zum Gemüse geben.
Sahne und Pflanzenmilch nach und nach unter ständigem Rühren dazugeben. Es soll eine cremige Konsistenz erreicht werden.

Backofen bei 180°C vorheizen.

Masse in Muffinformen füllen (am besten eignen sich Silikonformen). Mit Rosmarin, schwarze Oliven und Kürbiskerne garnieren. Im Backofen 30 Minutenbacken.

Küchlein am besten warm genießen und direkt aus der Form auslöffeln.


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