martes, 8 de diciembre de 2015

Tomando tierra. Earthing

Hola, hola...!!!! Desde la calabaza en adobillo ha pasado muuucho tiempo, incluso ha nevado, se ha ido la nieve, empezó el mercadillo de Navidad, se acabó.... y yo casi sin enterarme, y es que me fui a los mares del sur (del sur de España, ja, ja), donde aparte de disfrutar de la compañía de mi familia (sobre todo de mi madre), he tenido la maravillosa oportunidad de tomar tierra.

Y tomar tierra no es comer tierra (aunque tuve una época en que estuve tomando tierra medicinal de la marca Luvos). Primero pasé de este mar de nubes (donde suelo tener la cabeza ;-)) 


a este otro mar


y acabé en la playa


Y así, dando paseitos mañaneros por la orilla

No es nada fácil sujetar la cámara con una mano y que el horizonte quede derecho ;-)
sintiendo la espuma del mar entre los dedos


y dejando huellas efímeras en la arena


fui entrando en contacto con la energía de la tierra, descargando los electrones positivos de mi cuerpo (los famosos "radicales libres"), que se habían acumulado sobre todo por tantas horas de ordenador y de estar expuesta al electrosmog de teléfonos móviles, wifis y todas esas radiaciones que por no verlas nos parecen que no están, pero sí que están y producen muchas enfermedades, y tomé los electrones negativos de la tierra. De esta manera se produjo un equilibrio muy beneficioso.

Bien, pues esto es tomar tierra, también le llaman (hoy día que todo tiene su nombre en inglés) grounding o earthing. Los electrones negativos de la tierra son los mejores antioxidantes que existen y a través de su efecto neutralizador pueden reducir y hasta eliminar diversas enfermedades y dolores crónicos. 

Dando paseos por la playa se descubren además tesoros, como esta fascinante medusa

Lo ideal sería poder dar todos los días un buen paseo por la playa (el agua aumenta el efecto) o la hierba con los pies descalzos, pero como ahora lo que viene es el invierno y no en todas partes tenemos la suerte que yo he tenido, pues deberíamos buscar la manera de reducir las radiaciones en nuestro entorno (tarea practicamente imposible a no ser que nos vayamos a la selva o al desierto). Existen también algunos productos (sábanas, alfombrillas para el portatil, pulseras, mantas, parches y algunas cosas más) que al parecer nos permiten tomar tierra,  ya que lo que hacen es como con las lavadoras, las hornillas y otros aparatos eléctricos: ponernos en contacto con la tierra y descargar electrones positivos, tomando los negativos (que aunque se llamen negativos nos son malos). Según algunos estudios el conectar con la tierra sirve para mejorar el sueño, reducir el estrés y relajarse, regula la presión sanguínea y mejora la fluidez de la sangre, suelta contracturas, calma los dolores de cabeza, protege contra campos eléctricos y electromagnéticos, mejora o elimina dolores agudos y crónicos, eleva el nivel energético, mejora y acelera la curación de heridas, mejora o elimina inflamaciones, armoniza los ritmos corporales, disminuye las molestias menstruales y ayuda con el jet-lag.

Existe un libro donde está todo explicado: "Earthing. Con los pies descalzos " de Clinton Ober. Yo aún no lo he leido, ni tampoco he probado ninguno de los productos que he citado antes, pero creo que podría ser un buen regalo de Navidad.

Ya os contaré cómo nos ha ido, porque se lo he pedido a los Reyes. ¿Quién se anima a compartir la experiencia?


7 comentarios :

  1. Hola Rocío, la verdad que da gusto pasarme por aquí y leerte. Yo no sé nada de Earthing, pero le estábamos ahora dando vueltas a lo que has dicho.
    Es cierto, que cuando me encuentro mal, lo que más me apetece es darme un paseo por la playa y entrar en contacto con el agua. Vuelvo relajada, más centrada,... siempre he vivido en zona costera, así que es lo más fácil.... tirar pa la playa.
    Disfruta estos días de la familia y de la luz de tu tierra.
    Un besote,

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    1. Vivir al borde del mar es un tesoro inigualable que la vida nos ofrece, yo lo hecho de menos, ahora que vivo en las montañas, y mira que me gustan las montañas (me gusta todo lo que sea naturaleza), pero la relajación que me produce un paseo por una playa tranquila y extasiarme mirando al mar, no se puede comparar, quizás sea porque nací y crecí casi en el agua ;-)
      Ya estoy de vuelta en Suiza, pero disfruté mucho de esos días en mi tierra (aquí hace un frío que pela).
      Un beso grande

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  2. Qué suerte Rocío, qué sol tan precioso en tus fotos...
    A mí me gusta mucho andar descalza por el jardín, aunque tengo un poco de miedo de las garrapatas, que aquí abundan (Zicken??).
    Y en invierno ni pensarlo, no quiero acabar con hipotermia... por mucho que me cargue de electrones :P

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    1. Zecken (Zicken o también Ziegen son las cabras). Ya me imagino las garrapatas en Arandanolandia, nosotros también las pillamos en verano y luego tenemos que esculcarnos mutuamente porque les gustan los sitios más insospechados (una vez me picó, aunque no es que piquen, sino que se agarran como energúmenos, pues eso, se me agarró una en el ombligo, y como lo tengo metidillo para adentro no había manera de sacarla. Ya sabes cómo se hace, no? agarrándola por el cuerpo con mucho tiento y talento para no decapitarlay tirando de ella con un ligero movimiento de rotación en el sentido de las agujas del reloj (todo un arte ;-)), y no sólo por respeto a la vida de la garrapata, que también, sino porque si no se mete para dentro y puede acarrearnos graves problemas). Yo soy antivacunas, pero procuro descubrir y sacar las garrapatas cuanto antes, que una cosa es la vida natural y otra ir provocando.
      En invierno ni se te ocurra ir descalza por esas tierras, yo ya he probado a andar por la nieve, pero no aguanté ni 5 minutos. Fue un sentimiento super guay, de esos que das saltos y gritas aunque no quieras (pero nada de gritos histéricos, que me dan tres patadas y media), son gritos de euforia, de frío, de emoción, prueba y sabrás lo que te cuento. Después te sientes fuerte, sana y contenta.
      Ya he vuelto a enrollarme, je, je.
      Besitos!

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    2. Pues... yo por suerte (tocaré madera) todavía no he pillado ninguna garrapata, pero la verdad es que me da verdadera fobia por los cuentos de terror que circulan acerca de la meningitis.

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    3. Si las descubres a tiempo, no es necesario que tengas miedo. Yo también toco madera, pero todos los años pillo varias y hasta ahora no he tenido problemas.
      No se trata de tomarnos las cosas serias a la ligera, pero creo que también hay una tendencia generalizada a asustar a la gente, y al final lo mejor es no salir de casa, no nos vaya a caer un maceta en la cabeza...

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