Y esto es lo que me pasó el otro día. De pronto me despierto (antes de lo habitual), dirijo mis pasos hacia el cuarto de baño, pero al pasar por delante del cuarto de estar, descubro una escena mágica que me hace olvidar mi necesidad física e imperiosa.
Sí, una luna llena preciosa entre las ramas de un árbol recién nevado.
Casi por inercia cojo la cámara, salgo al balcón en camisón (3° bajo cero y yo ni me entero) y no puedo parar de hacer fotos:
De verdad que es la luna y no he pintado un punto blanco en la foto ;-) |
Todo como cubierto por una capa de merengue |
¡Qué suerte tengo de vivir en un sitio tan bonito! |
Me siento llena de energía, no sé si es la luna, el frío, el momento mágico....
Y ya puesta, pues hago mi gimnasia matutina (sí, sí, la que me propuse a principios de año).
Una hora más tarde el día me ofrece este paisaje:
¿ A que entran ganas de levantarse más temprano?
Me he quedado sin palabras Rocío. Menudo espectáculo!!
ResponderEliminarNo me extraña que se te olvidase a lo que ibas, jjajaj...
Precioso lugar para vivir.
Un abrazo!!
Sí, tengo una suerte enorme :-)) (aunque hace frííííío!! ja, ja)
EliminarBesos!