martes, 1 de enero de 2019

¡¡ Feliz año 2019 !!

¡¡ Feliz año nuevo a todos !!  ¡¡ Qué ganas tenía de que llegara !!

¿Qué tal habéis empezado? Espero que nos hayáis atragantado con las uvas (sí, ya sé que lo digo todos los años, pero es que hay que tener cuidadito...😉). Yo no he tenido ese peligro porque he entrado en el nuevo año en el norte de Alemania, y aquí no se comen uvas, lo único que pasó fue que ya eran las 12 y no había manera humana de abrir la botella de cava, pero todo sea como eso... Espero que el 2019 sea un año simpático, lleno de cosas interesantes, de salud, de motivación, de encuentros agradables, de buenas noticias, de empatía y de que sea posible lo imposible, como estos higos al borde de un río suizo en pleno mes de Diciembre.


Este año he decidido no proponerme nada, porque todo lo que me propongo acabo no cumpliéndolo, así que a lo mejor lo cumplo sin proponérmelo.

Sobre el 2018 prefiero correr un tupido velo, leyendo los posts de los últimos años (despidiéndome con ganas del 2016 y poniendo mis esperanzas en el 2018, después de un 2017 muy decepcionante) veo que cada nuevo año lo empiezo con mucha ilusión, decepcionada del año anterior, así que voy a coger las cosas como vengan, a ver qué pasa. 

Al menos el 2019 ha empezado bien, con una comida deliciosa y toda vegana y libre de sufrimiento:


Pingüinos de aceitunas (basados en una receta del blog Cocina de Nihacc), tartaletas rellenas de setas y no-pollo, tomates rellenos de ensaladilla rusa, hamburguesitas de judías pintas y de quinoa, ensalada de arenques sin arenques (receta típica del norte de Alemania, pero en este caso los arenques se convirtieron en remolacha), ensaladilla de pasta y cacahuetes, rollitos de calabacín rellenos de queso fresco (¡un exitazo!) y pan casero de varios tipos. Nos pusimos púos. Mi (primer) plato quedó algo así:


y sucedió que a nadie le quedaba sitio para las pastitas (que son los dulces típicos de Navidad por estas tierras, y que me tiré una semana entera haciendo porque yo es que cuando me pongo no hay quien me pare):


Vaya, se sirven discretamente tal que así:

Ñam, ñam...!!
Bueno, y aparte de comer, cantamos, nos reímos un montón y algunas cosas más, al final alguien consiguió abrir la botella de cava y todos contentos.

Y como digo, el resto se queda en el pasado, ahora empieza un nuevo año para vivirlo a tope, así que ¿a qué estamos esperando?

¡¡ Feliz año nuevo a todos !!

und vielen Dank an Maria, Heinrich und alle, die diesen Abend mit uns gefeiert haben. Wir haben gut angefangen 😊

viernes, 7 de diciembre de 2018

Angelitos musicales para tarjetas de Navidad (y también para colgar) DIY. Tutorial


No, este angelito no se come (que no todo va a ser comer...), sino que sirve para algo que ya no se estila en estos tiempos virtuales: ¡¡ Felicitar las Navidades en una tarjeta !! 

Sí, sí, ya sé que es mucho más rápido mandar un e-mail de esos a los que sólo se le cambia el nombre, o aún mejor, un whatsapp de grupo, o nada, vaya, que tampoco se muere nadie porque no le feliciten. Pero, dónde queda la magia, la ilusión de "oh!, ¡una carta de papel!", el abrir el sobre con un gusanillo de ilusión (que hoy día lo único que llega en papel son recibos y propaganda) y la sonrisa cálida al ver la tarjeta y quién nos la envía.

Yo siempre he sido muy de escribir cartas, pero de pronto un día me di cuenta de que ya no las escribo (ni las recibo, claro), por eso me gusta enviar tarjetas en Navidad, aunque sólo sea una vez al año, incluso sabiendo que sólo recibiré la mitad de las que mande, pero me hace ilusión acordarme de las personas que más valoro en este mundo y dedicarles unos minutos especiales. 

Por eso procuro tomarme tiempo para hacer las tarjetas yo misma, que sea algo de verdad especial. Éstas son las que hice el año pasado. Fueron muy poquitas y me tiré todo el día, pero es que yo soy muy mijita, ja, ja. Y al final quedaron preciosas y hasta me enteré de que algunos de los que las recibieron la pusieron delante del belén, qué ilu!!

Además no hace falta hacer tarjetas, los angelitos también pueden colgarse, aunque en ese caso la cabeza será una bola con agujerito.

Buenos, menos rollo y vamos a ver cómo se hacen.

Necesitaremos el siguiente material:


Lee abajo, que aquí faltan algunas cosas
  • 1 cartulina azul
  • Notas de villancicos (puedes bajártelas de internet, si no son de villancicos tampoco se nota, pero queda más auténtico, además hay quien lo lee, en serio)
  • Escuadra y cartabón
  • 1 lápiz
  • Bolitas de madera partidas por la mitad (las venden ya así). Si el angelito es para colgar no hará falta la cartulina, pero la bolita debe ser entera y con un agujerito para pasar el hilo)
  • Hilo de nylon
  • 1 tijeras
  • 1 aguja
  • 1 cuter
  • Pegamento
  • Polvitos de oro (como purpurina pero sin spray)
  • Folios blancos (uno para dos tarjetas)
  • Hilo de algodón blanco

Y ahora vamos a la tarea. Lo primero es cortar la cartulina en tamaño para tarjeta, o sea,  un DIN A5, lo que viene a ser 148 x 210 mm (más o menos).

Luego cortamos las partituras (que por cierto, a la hora de imprimirlas procurad que queden muy chiquititas, así están más monas. En el peor de los casos las copiáis y pegáis en un documento de word, no tiene más misterio. Pues eso. cortamos tiras de notas de unos 10 cm y luego a cada tira le cortamos otra vez 10 cm, como en esta foto:


Las tiras más largas nos servirán para el cuerpo del angelito y las más cortas (las cuadradas) para las alas.

Para hacer el cuerpo cogemos la tira más larga (como acabo de decir) y hacemos un doblez procurando que nos quede lo más fino posible:



Vamos doblando el papel hacia atrás y hacia alante de manera que nos quede como un acordeón:



Luego enhebramos la aguja con un pedacito de hilo de nylon y atravesamos la parte superior del acordeón (nos costará un poco de esfuerzo, pero podemos ayudarnos de una superficie dura o un dedal, cosa que nunca uso porque al final acabo pinchándome, ja, ja). Ah! si quieres usar el angelito para colgarlo procura que el hilo sea relativamente largo, ya que lo colgaremos de ese hilo:



Cuando hayamos atravesado todo el papel procuramos que el hilo sea igual de largo a ambos lados y hacemos un par de nudos para afianzar, pero atención, no cortes el hilo. Nos quedará así:



A continuación doblamos de la misma manera el cuadrado de papel para las alas, pero atravesaremos el acordeón justo por el medio, para ello usamos el mismo hilo de antes enhebrando la aguja con los dos cabos. 


Una vez pasado el hilo lo unimos al cuerpo del angelito y hacemos igualmente un par de nudos:


Antes de abrir las alas vamos a redondear los extremos cortando un poquito en redondo con las tijeras, así quedará más bonito al abrirlas:



Ahora es el momento de decidir si queremos el angelito para hacer una tarjeta o para colgarlo. En el caso de que queramos colgarlo pasaremos el hilo por una bolita de madera con agujerito. Conviene pegar el hilo echando un pegotito de pegamento (no de lápiz) dentro del agujerito, ya que los agujeros de las bolitas suelen ser relativamente anchos y si hacemos un nudo con el hilo de nylon se escapará de todas formas. Luego hacemos un nudo en los extremos del hilo y ya está listo para colgar. Si queremos el angelito para la tarjeta, podemos cortar el hilo una vez hecho los nuditos, y para la cabeza usaremos media bolita de madera.

A la izquierda el angelito para tarjeta y a la derecha para colgar
Y ahora ya sólo nos queda el montaje. Primero doblamos las cartulinas ya cortadas por la mitad. Antes de pegar el angelito debemos abrir las alas y el cuerpo para que quede más airoso. Luego echamos un poco de pegamento (esta vez sí de lápiz) en los pliegues posteriores tanto del cuerpo como de las alas del angelito y los pegamos en la tarjeta procurando dejar un espacio para la estrella. Después pegamos la cabeza colocándola entre las alas.



La foto es de la tarjeta ya terminada, pero lo único que falta es hacer la estrella, para eso sólo hay que pintar una estrella con el lápiz de pegamento (el mío estaba casi seco y me quedó algo cutre, pero con un lápiz en condiciones no debe de tener más misterio) y luego espolvorear el polvito mágico de oro, después se elimina lo que sobra poniendo la tarjeta de canto y dando unos golpecitos contra la mesa.

Para poder escribir en la tarjeta nos hace falta una hoja blanca dentro. Para eso partimos cada folio por la mitad y le cortamos un filito a lo largo y otro a lo ancho con el cuter y la escuadra y el cartabón, así la hoja nos quedará una pizquita más pequeña que la cartulina azul.

Para fijar la hoja cortamos un trozo largo de hilo de algodón (al menos tres veces el largo de la tarjeta), doblamos la hoja blanca por la mitad y la colocamos dentro de la tarjeta, luego pasamos el hilo uniendo la cartulina y la hoja blanca y le hacemos un lacito por fuera .



Y listo. Ya sólo queda escribir un bonito texto deseando una feliz Navidad. 

Aquí está mi colección de tarjetas que hice el año pasado, y os aviso que os lo toméis con tiempo, que cuando se hace algo así lo bonito es disfrutarlo.



Que os divirtáis haciendo angelitos y tarjetas, y si tienes alguna duda no dudes en preguntarme (valga la redundancia 😄).



miércoles, 28 de noviembre de 2018

Cocido vegano de garbanzos con habichuelas y calabaza

Ayer entró el invierno por estos lares suizos. El día apareció blanco como la nieve (sí, sé que no soy muy original, pero es que así era, y no voy a decir blanco como la leche, a no ser que diga como la leche de soja, que es más bien un poco amarillenta, así que eso, blanco como la nieve que lo cubría todo como si fuera merengue). Total, que el día se presentó blanco como el merengue de aquafaba (esto de ser vegana lo complica todo muchísimo 😄).

Así que qué mejor que un platito bien calentito estilo antiguo, del tipo cocido de garbanzos con habichuelas (que es como en mi tierra malagueña se le dice a las judías verdes) y calabaza, que todavía quedan algunas.



Y como este año es para contar y no parar, prefiero no meterme en detalles y dejarme de rollos, así que aquí va la receta:

1 bote de garbanzos (o ¼ kg garbanzos secos)

½ kg de calabaza pelada
½ kg de habichuelas verdes
½ kg de patatas
2 dientes de ajo
Pimentón dulce
1 tomate
Un poco de vinagre
Sal
1½ litros de caldo vegetal

Si usáis garbanzos secos, habrá que ponerlos en remojo durante la noche y al día siguiente cocerlos con 1 zanahoría, 1 puerro y 1 apio durante 30 minutos en la olla a presión (o 1 hora en una cacerola normal. Quien tenga otros métodos, pues también puede usarlos). Este caldo se puede usar para nuestro cocido. Las verduras se pueden emplear para hacer un puré vegetal, pero no tienen nada que ver con esta receta.

Cortamos la calabaza en daditos medianos (vaya, lo que cabe en la boca) y la ponemos a cocer con las habichuelas, las patatas cortadas igual que la calabaza y el tomate entero en el caldo vegetal hasta que esté todo tierno.

Luego sacamos el tomate y un poco de calabaza a un vaso de batir, le echamos los ajos, el pimentón, un poco de caldo y un chorrito de vinagre (para que los ajos no se repitan los cortamos a lo largo y les sacamos el brote). Lo batimos todo bien y lo echamos a la verdura. Incorporamos los garbanzos, rectificamos de sal  y damos un hervor para que coja el gusto.

Pues ya está, ahora sólo queda soplar un poquito para no quemarnos.


Rezept auf Deutsch


2 kleine Dosen Kichererbsen (oder ¼ kg getrocknete Kichererbsen)
½ kg geschalter Kürbis
½ kg grüne Bohnen
½ kg Kartoffeln
2 Knoblauchzehen
Paprikapulver
1 Tomate
Essig
Salz
1½ L Gemüsebrühe

Die getrockneten Kichererbsen müssen über Nacht eingeweicht und am folgenden Tag mit 1 Karotte, 1 Stück Sellerie, 1 Lauchstange und etwas Salz im Schnellkochtopf 30 Minuten (oder in einem normalen Topf 1 Stunde) gekocht werden. Die Brühe kann man für dieses Rezept verwenden. Mit dem Gemüse kann man einen Gemüsebrei machen, aber es hat nichts mit diesem Rezept zu tun.

Kürbis und geschälte Kartoffeln in mundgerechten Stücken schneiden und zusammen mit den Bohnen und der Tomate in der Brühe kochen bis alles weich ist.

Tomate, einige Kürbisstücke, Knoblauch, Paprika und ein Schuss Essig mit dem Stabmixer gut pürieren. Um den Knoblauch verdaulicher zu machen, kann man die Zehen entlang halbieren und den Keim herausnehmen.

Diese Soße und die Kichererbsen zum Gemüse geben. Mit Salz abschmecken und kurz aufkochen.

Guten Appetit!