miércoles, 4 de julio de 2018

Mascarilla anti-aging de albaricoques

Ya llegó el verano, sí, ya sé que hace ya casi dos semanitas, pero es que entre una cosa y otra ni me había enterado, y no será porque no hace calor, que el cambio climático se está notando este año de una forma especial en el centro de Europa, pero no me extraña con tanta crianza de vacas y demás (luego quieren prohibir los coches diesel, pero se van por la ramas, lo que pasa es que eliminar la ganadería intensiva no trae dinero a muchos bolsillos y hay que renunciar al chuletón y la tabla de queso, así que prefieren mirar para otro lado), pero hoy no quiero polemizar (es que últimamente estoy muy crítica, quizás sea el mono de haberme quitado del facebook).

Hoy ¡¡vamos a ponernos guapas!!

Para empezar os diré un truco para lavaros la cara sin jabón. La verdad es que yo simplemente me la lavo con agua, pero de vez en cuando conviene lavarnos un poco más a fondo para eliminar el polvo, la polución, el sudor, los restos de cremas y todo eso que se va pegando a la piel, y lo mejor es hacerlo de una forma suave y la vez profunda. El método idóneo es usar harina de garbanzos o de avena. Simplemente masajeamos la cara mojada con un poco de una de estas harinas (también se puede hacer con harina de espelta o de centeno) y luego nos enjuagamos con agua (preferentemente fría, ya que el agua fría ayuda a mantener la piel firme). La piel se quedará suave y protegida de la sequedad. Y el no va más es acabar con un enjuague con el agua aromática de hierbas que nos propone mi amiga Celia, que siempre nos da unos consejos súper interesantes.

Bueno, pues aprovechando que en verano tenemos frutas maravillosas, y que los días son más largos y parece que tienen más horas, vamos a dedicarnos un ratito para cuidarnos y disfrutar de esa fruta, pero no sólo por dentro, sino también por fuera. Hoy vamos a hacer una mascarilla con tan sólo dos ingredientes que seguro que tenéis en casa, así que ya estáis tardando...


Sólo tenemos que machacar un trocito de melocotón o de albaricoque maduro y mezclarlo con aceite de girasol y voilá!, ya tenemos nuestra mascarilla. Nos tumbamos tranquilitas, la extendemos por la cara (y si queréis también por las manos) y dejamos que actue durante 20 minutillos, 20 minutos sólo para ti. Apaga el smartphone, echa la persiana y pon un cartel en la puerta "dejadme en paz, son sólo 20 minutos" o "como entres te la cargas" o "peligro, explosivos", o lo que más coraje te dé. Disfruta de ese momento único y si quieres puedes aprovechar para meditar o simplemente dormir una siestecilla. Luego te quitas el potingue con un kleenex o una toallita y te lavas con agua tibia, tibia, no caliente).


Y no os pongáis a haceros selfies, que da la risa..., ni saquéis la lengüecilla para chupar...
Un método más fácil y que puedes hacer con más frecuencia aprovechando la época de los melocotones y albaricoques es hacer lo mismo pero sin aceite y dejarlo actuar 10 minutos. Esto lo tienes que hacer sí o sí, no hay escusas... Vamos, que yo ya estoy saliendo por la puerta a comprarme un kilo o dos de albaricoques (que en mi tierra, la que me ha visto nacer y crecer, se llaman amasquillos, aunque acabo de ver que la versión correcta es damasquillo, pero nosotros siempre hemos dicho amasquillo, y en Austria le dicen Marillen).

Esta mascarilla y este masaje fácial sencillo y rápido están sacados del libro del libro de belleza de Lumira una chamana y maestra espiritual rusa. La próxima mascarilla será de tomate, ¡qué ganas tengo de que maduren para hacer un buen gazpachito!

¡Feliz verano y a disfrutar mucho!

2 comentarios :

  1. Puro bem-estar. Feliz dia. Cumprimentos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Sandra, espero que te pongas muy guapa :-) También a ti un feliz día.

      Eliminar

Tus comentarios y propuestas son bienvenidos y dan alegría e inspiración a "Las cosas de Rocío". Gracias.